“En los próximos dos años habrá alguna salida a Bolsa”. Así de confiado se mostraba Javier Tebas sobre la posibilidad de que los clubes pisen el parqué a la vez que el césped. El presidente de LaLiga piensa, en una reciente entrevista a ED, que “ayudaría a socializar los equipos y conseguir capital. Los españoles no han entrado todavía porque se exigen tres años seguidos de beneficios para cotizar y el saneamiento es reciente”.
Y pocos días después, era el propio organismo el que lo confirmaba. “Ya nos hemos sentado con varios clubes y bancos de inversión para protagonizar salidas a Bolsa de varios equipos”, decía Javier Gómez, director general de LaLiga.
Pero lejos de ser pioneros, existen numerosos clubes europeos que cotizan en varios índices. A pesar de tener dos súper potencias económicas, como es el caso de Real Madrid y Barcelona, España aún no ha dado el paso definitivo a salir a bolsa.
Sin ir más lejos, estos dos equipos tuvieron mucho que ver en las cotizaciones de dos escuadras italianas. La Juventus de Turín se hundió tras la eliminación en cuartos de final después de la chilena memorable de Cristiano Ronaldo. Por su parte, el Barcelona ‘provocó’ que la Roma se inflase sobre el parqué tras su remontada en el Olímpico de Roma.
El salto al parqué del fútbol no es otra prueba más que este deporte mueve mucho dinero. Mucho. En un informe de la gestora de KPMG se extrae que el impacto de este deporte sobre la economía española es cercano al 0,80%, esto supone un total de 7.600 millones de euros.
Del total, 2.800 millones procedieron los aficionados de manera directa y el resto lo aportaron las empresas en materia de marketing, publicidad o inversión. Por otra parte, este informe explica que más de 2.995 millones de euros contribuyeron al PIB de manera indirecta.
Los clubes, ¿interesados?
¿Sería difícil o fácil poner en marcha la maquinaria para que varios equipos salten al parqué? En la teoría, de hecho, es bastante fácil. En la práctica, difícil. Para empezar, la sociedad (sea cual sea su finalidad) tiene que estar saneada, algo que ya empieza a ocurrir, pero no suman los años suficientes. Para salir a Bolsa hace falta estar cinco años en verde en sus cuentas. Pocos clubes pueden presumir de ello.
Otro de los requisitos para pisar el parqué que las empresas tienen que cumplir es que sean Sociedades Anónimas. En el inicio de la época de los 90, una crisis estalló en España y la situación de varios clubes era crítica. Los partidos políticos dieron una asistencia a los presidentes y crearon la ley de las Sociedades Anónimas Deportivas.
Esta nueva regulación obligaba a todas las entidades balompédicas y de baloncesto a convertirse en SAD, aunque hubo una excepción: las instituciones que no acumulasen pérdidas en los cuatro años anteriores podrían seguir como clubes. Barcelona, Real Madrid, Athletic y Osasuna se salvaban así de la 'quema'.
Estos últimos equipos no podrán salir a bolsa, salvo que se hagan Sociedades Anónimas Deportivas. Algo que deben consultarlo con sus socios. Así, Felipe López, analista de Selfbank narra los pasos que tendrían que seguir.
“Cualquier decisión de ese estilo debería ser aprobada por la Asamblea de Socios que, debido a factores sentimentales, son los menos interesados en que su club cotizara en bolsa. Aunque hay diversas opiniones al respecto, pensamos que la condición de socio de estos clubes no le dotaría directamente de acciones del club. Es decir, los socios del Real Madrid no son potenciales propietarios del club. Lo que sí sucedería es que en caso de conversión a SAD los socios tendrían preferencia para comprar acciones. El dinero recaudado iría a engrosar (aún más) la caja del club”, señala.
Los clubes deben, por otra parte, pensarse las oportunidades y contras de pisar el parqué. LaLiga indicó que sería un ejercicio de transparencia, algo que refuerza Felipe López.
“Al salir al parqué, dichas empresas se ven sometidas a una estricta regulación por parte de las entidades supervisoras, además de los costes que supone y del riesgo de pérdida de control, ya que una vez que una empresa cotiza en el mercado, cualquiera puede convertirse en accionista mayoritario si tiene el dinero”, indica.
Esa transparencia hace que todos y cada uno de los fichajes, movimientos, liquidaciones o cambios significativos tengan que ser comunicados a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Hechos hasta ahora insólitos dentro de las entrañas de los principales estadios. “En muchos casos obliga a difundir información reservada que puede condicionar determinadas negociaciones”, insiste López.
Imposibilidad de concentraciones
A pesar de que LaLiga ya negocia con los clubes y con la banca de inversión, hay algo que no podrá suceder: las grandes concentraciones de los inversores en varios equipos.
Según cuenta Lopéz a este periódico, la ley lo impide ya que ningún accionista puede adquirir participaciones en otra SAD que se encuentre en la misma competición, ni una potencia de voto superior a un 5% en una SAD si ya tiene otro 5% en otra SAD. Por otra parte, es necesario que el Consejo Nacional de Deportes apruebe cualquier adquisición superior al 25%.
Peligrosa volatilidad
En Bolsa, subir y bajar vertiginosamente durante las sesiones provoca que el ambiente se vicie en torno a la compañía y se cree un pánico razonable. Los otros equipos que ya cotizan fuera de España sufren un rally constante.
Las razones por las que fluctúan a la alta o a la baja se deben, casi siempre, a los resultados deportivos o fichajes, como le pasó a la Juve o a la Roma. “En otras palabras, los resultados financieros están condicionados por los éxitos deportivos”, explica el analista de Self Bank.
“Dentro del ámbito deportivo, están incluidas las perspectivas futuras del club, como posibles fichajes, gestión del entrenador, participaciones en competiciones internacionales además de ingresos publicitarios, alcance mediático, derechos sobre jugadores, explotación de la marca, merchandasing, contratos con marcas o recaudación en taquillas”, incide.
Algo que no comparte, o se entiende, tras sus palabras durante la presentación de los resultados de la patronal, Javier Gómez, director general de LaLiga. “Los grandes inversores no estarán pendiente de los resultados deportivos, sino de la gestión de los clubes por lo que no habrá problema en este sentido. Otra cosa son los pequeños accionistas que se guiarán por los goles, como los aficionados”, subrayó.
Así nació la Bolsa del fútbol
Corría el año 1983 cuando uno de los históricos del norte de Londres daba el paso para salir a bolsa. El Tottenham Hotspur saltaba al parqué. Numerosas y reputadas entidades copiaron la idea de los 'spurs' y se adentraban en esta aventura. United, Lyon, Roma, Lazio, Juve, Porto, Benfica, Besiktas, Bayern, Dortmund o Galatasaray son algunas de las instituciones que cotizan o han cotizado alguna vez en bolsa.
Este boom permitió la creación de un índice compuesto por equipos de fútbol: el Stoxx Europe Football. Este índice nació en el año 2002 y tiene en estos momentos 23 equipos de fútbol: 5 clubes de Dinamarca, 4 de la liga turca, 3 de Portugal e Italia, 2 equipos de la Premier League, uno de la liga de Suecia, otro de la Bundesliga, un club de Polonia, un equipo de fútbol de Macedonia, otro de la liga holandesa, y un último club de fútbol de la liga de Francia.