El banco atribuyó el descenso incipalmente a las diferencias de tipo de cambio, especialmente la revalorización del euro frente al dólar, y a los bajos ingresos de la banca de empresas y de inversión, añadió la entidad.
Tras anunciar los resultados, el nuevo presidente del Deutsche Bank, Christian Sewing -que el pasado 8 de abril sustituyó a John Cryan al frente del banco- anunció "duras decisiones", entre ellas la reducción del sector de banca de inversión, y una "nueva definición del núcleo" del banco.
"Cambiaremos ahora el curso de nuestro banco. No hay tiempo que perder", dijo Sewing en una teleconferencia y recalcó que los resultados de la entidad demandan "acciones inmediatas".
El banco se concentrará en el negocio de financiación y asesoramiento en Europa.
A partir de 2021, el sector de la banca privada y empresarial así como la filial de fondos de inversión DWS -que salió a Bolsa hace algo más de un mes- deberán representar cerca de la mitad de los resultados del banco, indicó el presidente.
El negocio en Estados Unidos y Asia se reducirá, allí donde no haya actividades transfronterizas, y las operaciones de intereses en EEUU se recortarán considerablemente.
La dirección comprobará además detalladamente el negocio bursátil en todo el mundo y lo reducirá en algunos sectores.
"Nuestra raíces están en Europa -es aquí donde queremos ofrecer soluciones financieras globales a las empresas y las instituciones, y en eso nos concentraremos aún más en el futuro", afirmó Sewing.
Sewing había demandado ya al día siguiente de su toma de posesión una "mentalidad de cazadores" a los cerca de 97.000 trabajadores del banco en todo el mundo y anunció "duras decisiones".
La reestructuración de la banca empresarial y de inversión supondrá reducción de puestos de trabajo en las regiones afectadas, aunque la entidad no proporcionó una estimación de esas medidas.
"Estos recortes son dolorosos, pero lamentablemente inevitables si queremos que nuestro banco sea capaz de competir de manera sostenible", afirmó el presidente.