Snapchat sigue con su particular viacrucis. Sus números en bolsa ya estaban reflejando la desconfianza de los inversores y sus cuentas trimestrales no han hecho más que patentar que deberá estar un buen tiempo en cuidados intensivos para salir de una espiral más que peligrosa.
Durante el primer trimestre de este ejercicio generó unos ingresos de 230 millones de dólares frente a los 244 millones durante el primer trimestre del año pasado. Esto provocó que al cierre de la sesión de Wall Street sus acciones caían un 22%, situándose en mínimos históricos. Los títulos de Snap, matriz de la red social, apenas tocaban los 11 dólares, dejando en una quimera los 23 dólares que llegó alcanzar hace un año, cuando salía a bolsa.
Snapchat, a su vez, anunciaba que sus menores ingresos se deben a la publicidad ya que han bajado sus precios para atraer a las empresas. "Con respecto a los precios, estamos realmente centrados en impulsar el retorno de la inversión de los anunciantes y atraer a más a nuestra plataforma", afirmó Imran Khan, jefe de Estrategia de Snap.
Pero la red social no solo se desinfla económica, también a nivel de usuarios. Los usuarios activos diarios llegaron a los 191 millones, una cifra que ni tan siquiera esperaba la propia empresa pues los fijó en 194. En este sentido, Snapchat esperaba mantener una rentabilidad por usuario de 1,27 dólares y finalmente se ha tenido que conformar con 1,21 dólares.
Los problemas se acumulan
Los difíciles momentos que vive Snapchat no son nuevos para la compañía. Desde que Zuckerberg se interesase por ella y se fuese con las manos vacías, como si de una maldición se tratase, no levanta cabeza.
De hecho, Facebook adquirió Instagram y Whatsapp, algo que ha pasado factura en cuanto a usuarios. Los usuarios activos de Snapchat crecieron durante 2017 hasta los 187 millones (191 este trimestre), pero no ha bastado para alcanzar a Instagram Stories, que cuenta con casi 200, y Whatsapp y Facebook con casi 250 millones usuarios únicos al día.
Otro frente que tiene abierto la compañía es su rediseño. Los cambios suelen generar polémicas, pero a los usuarios de la ‘app’ no parece que hayan aceptado de buen grado su nueva versión. La nueva cara de Snapchat provocó que más de un millón de personas se pongan de acuerdo en que prefieren la versión anterior. Una petición para volver al diseño anterior a la última actualización de la aplicación, que según los usuarios era mucho más fácil de usar. La empresa del fantasma tuvo que emitir un comunicado argumentando que “entendían que era más incómodo, aunque solo busca una mejor experiencia para los ‘novatos’”.
Pero por si todo esto fuera poco, la nueva inversión en unas nuevas gafas de realidad virtual, tras su estrepitoso fracaso anterior, está en el horizonte, algo que los inversores no terminan de ver. Queda claro que Snapchat está para pocas ‘stories’.