OHL quiere aprender de los errores del pasado como base para el crecimiento futuro. Su objetivo de cara a los próximos años pasa por reducir su estructura y ganar en eficiencia, con el objetivo de ser una compañía eficiente y rentable en los proyectos que desarrolle. En palabras llanas, ganar dinero.
Y es que, según su presidente, Juan Villar-Mir, "tenemos la obligación de aprender del pasado, escuchar y tomar buena nota de las lecciones para no volver a caer en situaciones por todos conocidas que nos han llevado a momentos complicados”.
Una nueva filosofía que explica su consejero delegado, Juan Osuna, quien ha fijado la hoja de ruta para conseguirlo en el plazo de dos años. El primer paso fue la reducción de tamaño del grupo, con la venta de OHL Concesiones al fondo IFM; el segundo será disminuir su estructura. Así que las puertas están abiertas a algunas desinversiones -entre ellas la venta de su filial checa ZPSV y el complejo turístico de Mayakoba- por valor de 280 millones de euros en activos no estratégicos.
Venta de activos
Un dinero que servirá, entre otras cosas, para financiar los costes de un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a unas 150 personas y también a distintos proyectos fallidos que tiene en cartera. El objetivo es que los costes de estructura queden fijados entre los 116 millones y los 134 millones de euros.
El consejero delegado de OHL asume también que en los próximos meses la venta de Canalejas, en Madrid, y de Old War Offices, en Londres, aportarán 150 millones de euros. Cantidades a las que habrá que sumar otros ingresos adicionales de 580 millones procedentes de indemnizaciones de distintos proyectos.
Para lograr los objetivos, la compañía abandonará aquellas regiones en las que no es fuerte, y pasará a centrarse exclusivamente en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Países todos ellos donde OHL podrá centrarse “en lo que sabemos hacer”, que son construcciones y concesiones, señala Osuna.
Eso sí, lo que tienen claro en OHL en este momento es que en los próximos años tendrán que vivir de aquello que ya tienen contratado y en cartera, dado que los dos próximos cursos serán aquellos en los que se liciten nuevos proyectos que se pongan en marcha a futuro.
"Paciencia"
Así que los réditos del plan se verán a largo plazo, por lo que Osuna pide “paciencia” a los inversores. De lo que se muestra convencido es de que en los próximos meses habrán multiplicado por dos el valor en bolsa, que estará cercano a los 2.000 millones de euros.
En cualquier caso, lo que sí tienen claro en el grupo es que no se puede volver a los errores del pasado. Así que la primera medida es decidir qué hacer con los 1.000 millones en efectivo que hay en caja tras la venta de OHL Concesiones. La salida más probable es un dividendo extraordinario, que permita dar salida a ese excedente de liquidez dado que no se plantean operaciones corporativas a corto plazo.
Un plan que no ha convencido a los mercados. La compañía ha caído un 3,55% en bolsa, lastrada -especialmente- por los resultados del primer trimestre del año. 145 millones de euros en números rojos impactada, sobre todo, por la resolución desfavorable de un conflicto en Guatemala; el tipo de cambio y la variación de las coberturas del tipo de cambio.