Carlos Slim, accionista de control de FCC, ha comprado la deuda de 843 millones de euros que Esther Koplowitz tenía con dos bancos vinculada a la participación del 20% que ostenta como segunda accionista de la constructora.
De esta forma, el magnate mexicano asume el pasivo que Koplowitz mantenía con BBVA y Bankia, y pasa a convertirse en único acreedor de la empresaria.
La operación forma parte de los acuerdos que Slim y Koplowitz alcanzaron en 2015, cuando el empresario entró en FCC a través de una ampliación de capital para inyectar fondos que garantizaran su solvencia, una operación que aseguró la viabilidad del grupo, pero que llevó a la empresaria perder el control de la compañía.
En ese momento, Slim ya prestó a Koplowitz financiación necesaria para que también pudiera acudir a la ampliación y no diluyera su participación en la compañía fundada por su padre.
Además, avaló a la empresaria frente a los bancos para refinanciar la deuda de 844 millones de euros que ya tenía vinculada a dicha participación. En el marco de esa refinanciación, el magnate mexicano pactó con los dos referidos bancos comprar la deuda que Esther Koplowtiz mantiene con ellos en caso de que no pudiera pagarla.
Ahora, Carlos Slim ha informado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que se ha quedado con dicha deuda de 844 millones que Koplowitz que vencía en abril de 2020.
El empresario se ha quedado con este pasivo tras una quita, dado que ha pagado por él 599, 73 millones de euros.
Los bancos tenían pignorado como garantía de esta deuda el grueso de la participación de Kopkowitz en FCC, títulos de la constructora representativos del 15,43% de su capital.
Derecho a voto
No obstante, a pesar de esta operación, Esther Koplowitz mantiene los derechos de voto de toda la participación del 20% que tiene como segunda accionista de la compañía de construcción y servicios.
Slim se convierte en acreedor de toda la deuda de Koplowitz vinculada a FCC justo cuando el grupo culmima el proceso de saneamiento y reestructuración que emprendió en 2015 y que supuso la entrada en la compañía del mexicano.
De hecho, FCC estaría en condición de volver a pagar dividendo una que cierre la recientemente acordada venta del 49% de su filial de agua Aqualia y destine los 1.020 millones de euros de esta operación a pagar deuda.
Precisamente, la suspensión del reparto de dividendos del grupo en 2015 constituye la principal causa de las tensiones financieras de Esther Koplowitz, toda vez que destinaba dicha remuneración a atender los servicios de su deuda.
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