La rentabilidad exigida a los bancos españoles se dispara un 66% durante la crisis

La rentabilidad exigida a los bancos españoles se dispara un 66% durante la crisis

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La rentabilidad exigida a los bancos españoles se dispara un 66% durante la crisis

Más riesgo, más exigencia de rentabilidad. No hay otra. Y eso es lo que los inversores han aplicado, y siguen aplicando, sobre los bancos durante la última década.

22 mayo, 2018 10:57

El Informe Anual de 2017 publicado este martes por el Banco de España (BdE) deja pocas dudas. Antes de la crisis, el coste del capital (COE), es decir, la rentabilidad demandada por invertir en un banco, se mantuvo en torno al 6%. Ahora, el coste de capital pedido a los bancos españoles, así como a los alemanes, franceses e italianos, ¿se encontraba a finales de 2017 por encima del 10%¿. O lo que es lo mismo, los inversores piden cuatro puntos porcentuales más de rentabilidad o un 66% con respecto a las expectativas de 2007.

El propio BdE conjetura sobre las posibles causas de esta mayor exigencia. ¿Durante la crisis, se habría producido un fuerte aumento de la prima por riesgo exigida a los bancos españoles y europeos, que, aunque con fluctuaciones, habría persistido hasta finales de 2017¿, describe. Y concreta: ¿Esta elevada prima de riesgo podría estar asociada a la persistencia de una mayor incertidumbre sobre el valor de los activos y sobre las perspectivas de rentabilidad en el nuevo marco posterior a la crisis¿.

Los inversores, por tanto, `sólo¿ están siendo consecuentes: exigen más rentabilidad a cambio del mayor riesgo que detectan ahora en el sector bancario. Porque la clave reside en la prima de riesgo que se le pide ahora al sector. Según detalla el BdE, ese 6% vigente hasta 2007 resultaba de sumar una prima de riesgo del 2% o del 4% al rendimiento real del activo libre de riesgo, que en los tiempos previos al estallido de la crisis oscilaba entre el 2% y el 4%. Como el coste de capital resulta de sumar la prima exigida al rendimiento real del activo libre de riesgo, esa prima supera ahora el 10%, puesto que la rentabilidad del activo libre de riesgo es negativa. O lo que es lo mismo, la prima ha llegado a quintuplicarse con respecto a los momentos previos a la crisis.

Aunque, como precisa el BdE, el COE ¿no es una variable directamente observable¿ y hay que calcularlo, su relevancia para los bancos es fundamental. Más que nada, porque junto al CEO figura el ROE, esto es, la rentabilidad que el banco obtiene con ese capital, con lo que, como subraya el Banco de España, el COE ¿constituye una referencia importante para valorar el nivel de rentabilidad de los bancos¿. Lo mínimo, por tanto, sería que el ROE `empatara¿ con el COE. Si está por encima, mejor aún. Pero si está por debajo, problemas. Significaría que esa entidad no es lo suficientemente `buena¿ sacando jugo a los recursos de los accionistas y que no está alcanzando, por tanto, las expectativas, con lo que o hace algo para lograrlo o los accionistas se irán y los que vengan lo harán pidiendo aún más rendimiento. El COE, por tanto, repercute en la estrategia, el negocio, la asignación de recursos y los precios a los que un banco presta dinero.

¿Cuál es la situación actual en la banca española? La tercera: de media, el ROE del sector está por debajo del COE. Según el BdE, el ROE de la banca española se situó en 2017 en el 6%. Con los datos del primer trimestre de 2018, sólo Bankinter y BBVA, entre las entidades cotizadas, cuentan con un ROE superior al 10%.

Como precisa el Banco de España en su Informe Anual, el bajo rendimiento que aún extraen los bancos a su capital se debe, más que a cuestiones como los bancos tipos de interés, a la evolución de los gastos de explotación y a las pérdidas derivadas del deterioro del activo por el alto volumen de adjudicados y dudosos que el sector aún soporta.

MENOR EXIGENCIA EN EEUU

El COE, por tanto, viene condicionado por la percepción del riesgo de los inversores y por la visibilidad del negocio, en este caso bancario. Y el mercado discrimina. Es decir, asigna distintos riesgos y, por tanto, distinto coste del capital según cómo vea las cosas. 

Lo evidencia el coste de capital demandado a la banca estadounidense. Tal como recoge el BdE, los colosos estadounidenses no han sido ajenos a un repunte de la prima de riesgo y del COE en los últimos años, "aunque en menor medida", se apresura a matizar. Allí, precisa el Informe Anual, el coste del capital a finales de 2017 "sería unos dos puntos porcentuales inferior al de los bancos europeos (un 8%), reflejando posiblemente una menor incertidumbre sobre las rentabilidades futuras esperadas a uno y otro lado del Atlántico".

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