Repsol ya tiene su nueva hoja de ruta hasta 2020. El plan, una actualización del que abarcaba los años 2016 a 2020 después de alcanzar todos los objetivos justo en el ecuador del calendario, establece una inversión de 15.000 millones para todo el periodo.
De ese monto, unos 7.950 millones de euros -un 53%-, se dedicarán al negocio de upstream (exploración y producción) y un 45% se dedicará al negocio de downstream (refino, química, lubricantes, trading, GLP y marketing) y en activos de bajas emisiones.
En concreto, la petrolera ha fijado una inversión de 4.000 millones para nuevas iniciativas, en especial en downstream, que se destinarán tanto a la expansión de los negocios de petroquímica, estaciones de servicio, lubricantes y trading (1.500 millones), como para proyectos de bajas emisiones de CO2 (2.500 millones).
¿El objetivo de estos proyectos de bajas emisiones? Entrar en el mercado eléctrico y del gas en España. La hoja de ruta de Repsol para la transición energética pasa por consolidarse en el comercio o minorista de gas y electricidad, pero también en la generación eléctrica.
El plan es invertir esos 2.500 millones para captar 2,5 millones de clientes en los próximos siete años, hasta 2025, con una meta de cuota de mercado de alrededor de un 5%.
En el mercado mayorista, la hoja de ruta pasa por crear un negocio "exitoso" que asegure "un siministro de gas competitivo" y captar una cuota de mercado de un 15% para 2025.
Según ha explicado su consejero delegado, Josu Jon Imaz, ahora que Repsol ha cerrado la venta de su 20% en Gas Natural Fenosa, no hay problema para entrar a competir con la gasista. "Hemos entendido que la venta de Gas Natural, una compañía magnífica, nos abre la oportunidad de desarrollar nuestra propia compañía con sinergias que ya tenemos en marcha".
Pero hay más. En esta nueva arista de negocio orientado a la generación de bajas emisiones, Repsol habla también de generación distribuida -basada en que la fuente de energía esté lo más cerca posible de su destino-. Su paso hacia la generación eléctrica se apoyará en en las renovables y en los ciclos combinados (plantas que utilizan gas para generar electricidad).
"Repsol quiere ser un actor relevante en la generación distribuida en España", ha asegurado Imaz durante la presentación de este plan en su sede de Madrid. La intención de la petrolera es impulsar la generación a pequeña escala tanto para empresas como particulares. Para ello, Imaz ve necesaria "la máxima apertura en el mercado, para que la tecnología sea el vector fundamental y se pueda competir".
Por otra parte, como generador de electricidad, la petrolera quiere elevar su capacidad de generación -en renovable y ciclo combinado- de los 600 megavatios (MW) actuales a 4.500 MW. Según Imaz, para dar este salto se plantean comprar "capacidad" eléctrica, tanto en gas como en electricidad, aunque no dirigirá su foco hacia activos regulados y, como mínimo, deberán ofrecer una tasa interna de retorno de un 10%.
Aun así, el principal ejecutivo de la petrolera subraya que no se realizarán inversiones "de 1.000 millones de euros, sino de decenas o centenas". "Compraremos capacidades si se da la oportunidad; si no, las desarrollaremos de forma orgánica", ha rematado.
La petrolera se ha propuesto "ser parte de la solución" en la transición energética y manda un recado al nuevo Gobierno: es hora de apagar el carbón y el gas es el camino para reducir las emisiones de CO2 y cumplir con los compromisos de la Cumbre de París.
La compañía que preside Antonio Brufau se marca su propio objetivo para 2020: reducir sus emisiones de CO2 en 2,1 millones de toneladas respecto a 2016, "incluso en una fase de crecimiento como la que se plantea en este plan".
Un plan para cualquier escenario
La nueva estrategia a 2020 se apoya en tres pilares: la remuneración creciente para el accionista; un crecimiento rentable de los negocios y el avance en la transición energética a través de nuevas iniciativas.
En este sentido, Imaz ha asegurado que tanto el upstream como el downstream "aportarán una fuerte generación de caja" en el próximo bienio. En el primero, la petrolera se orientará a un mayor retorno y a una mejora de la cartera de activos; en el segundo, se consolidará "el excelente desempeño de los últimos años y se buscarán nuevas palancas para generar valor".
El plan 2018-2020 contempla como suelo para el barril de Brent los 50 dólares, alejados de los 75 dólares a los que se sitúa actualmente, pero una posición conservadora que les permitirá resistir a posibles imprevistos en el mercado. A este precio, Repsol garantiza el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y un nivel de deuda muy inferior a la media del sector, apunta.
En lo que respecta a la política de dividendo, el grupo refuerza su apuesta por seguir aumentando la retribución al accionista, hasta alcanzar un euro por acción en el año 2020, desde los 0,8 euros por título que repartirá con cargo a 2017. Lo hará mediante la fórmula de 'scrip dividend', junto con un programa de recompra de títulos que evitará la dilución de quienes opten por cobrar en efectivo.
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