Uno de los ministerios con más capacidad ejecutiva es, sin duda alguna, Fomento. Los intereses autonómicos, municipales, empresariales y políticos desembocan en las grandes obras estatales. José Luis Ábalos, por tanto, tendrá un máximo de dos años muy ajetreados en los que el AVE y las autopistas serán las grandes losas con las que cargará el nuevo responsable de esta cartera.
La operación Chamartín, la eterna promesa
Uno de los proyectos más ambiciosos de la ciudad de Madrid parecía tener luz verde hace apenas un año. Manuela Carmena, Cristina Cifuentes e Íñigo de la Serna sellaban el nuevo acuerdo escenificándose en un acto al que no faltó nadie. Si nada se tuerce se pondrá la primera piedra de la Operación Chamartín en julio. Así, Ábalos deberá ser el encargado de medir que las diferentes formaciones políticas no tiren de orgullo y vuelvan a paralizar la obra que cambiará la morfología de Madrid por completo.
Los extremeños piden un tren de calidad
Los extremeños han pedido por activa y por pasiva al anterior Ejecutivo una solución con el ferrocarril. La comunidad autónoma se siente discriminada porque no existe un AVE que conecte ninguna ciudad con la capital. La presencia del PSOE en el gobierno autonómico, que fue tremendamente duro con Íñigo Gómez de la Serna -llegando a decirle en una reunión que “era una vergüenza”-, podría acelerar el inicio de las obras de la vía de ferrocarril soñada.
El este español mete prisa por el Corredor del Mediterráneo
Otra de las tareas que deberá resolver Ábalos es la gestión y la puesta en funcionamiento del famoso corredor que conecte el este de España. Con la crisis política en Cataluña de fondo, el nuevo ministro tiene que esperar ahora a que el PP ratifique los Presupuestos Generales en el Senado para seguir con el plan establecido. Y parece que hay prisas para que el proyecto eche a andar. Sin ir más lejos, Ximo Puig ha dejado claro que “se necesita cambiar el ritmo para acabar las obras en 2023”.
Las autopistas, el dolor de cabeza constante
Sea invierno, primavera, otoño o verano, las autopistas siempre están en el centro del debate. Tras la quiebra de numerosas vías, el nuevo ministro deberá sanear las cuentas de este ministerio puesto que la factura de las autopistas quebradas ha ascendido a más de 2.000 millones de euros. Por otra parte, ayuntamientos y comunidades autónomas piden su gratuidad y las empresas contratistas quieren cobrar a los extranjeros, como es el caso de Castilla y León. Mientras, Ábalos deberá estar atento al cielo para que la nieve no sea impedimento de circulación en las carreteras españolas.
El aeropuerto Adolfo Suárez, a la vanguardia de Europa
Otro de los grandes proyectos en los que el Ministerio de Fomento trabajaba, junto con Aena, era la ampliación del aeropuerto de Madrid. La compañía invertirá un total de 1.571 millones de euros hasta 2026 para elevar la capacidad de Barajas a 80 millones de pasajeros. En este sentido, al ejecutivo del Partido Popular no le dio tiempo de trazar el plan para que el AVE llegase hasta uno de los principales enclaves españoles. Ábalos deberá sentarse en la mesa y estudiar milimétricamente si esta opción es viable o si, por contra, queda descartada.