OHL se pone guapa ante el nuevo proyecto que quiere acometer: crear una compañía dedicada a la construcción y los servicios, con un tamaño más pequeño que el que tenía hasta ahora y mucho más rentable. Un objetivo para el que el equipo que lidera Juan Villar-Mir quiere incorporar nuevas personas. Así que desde la constructora ya se peina el mercado en busca “del mejor talento” que pueda ayudar a la compañía.
El primer paso será la remodelación del consejo de administración. La junta de accionistas celebrada este martes aprobaba pasar de doce a diez sillones, y ahora se procederá al relevo de dominicales por independientes. Una forma de dar representación al nuevo accionariado de la compañía, en el que la familia Villar-Mir ya tiene ‘sólo’ el 38% de las acciones tras vender hace unas semanas cerca del 12% de la compañía.
El segundo será la búsqueda de nuevo talento que sirva para “revitalizar y reorganizar la nueva era de OHL”, decía durante la reunión anual con los accionistas el presidente de OHL. “En las próximas semanas tendrán noticias”, decía, de cómo quedará ese proceso de renovación de algunos puestos clave, entre los que se encuentra el del consejero delegado, Juan Osuna, que ha presentado su dimisión rumbo, al parecer, a Aleatica, la antigua OHL Concesiones ahora en manos del fondo IFM.
El adiós de Osuna
La marcha de Osuna se abordará de forma inmediata. El objetivo, según rumores de mercado, es que el actual responsable de Inmobiliaria Espacio, José Antonio Fernández Gallar, se convierta en nuevo CEO. Sin embargo, Fernández Gallar evitaba pronunciarse al respecto durante la junta de accionistas y señalaba que “si se lo proponen aceptará el puesto”, aunque todavía ese ofrecimiento no se habría llevado a cabo.
El nuevo ejecutivo será quien lidere el plan de transformación del grupo, que contempla una reducción de su estructura. Así que, tal y como figura en el plan presentado hace unas semanas, las puertas están abiertas a algunas desinversiones -entre ellas la venta de su filial checa ZPSV y el complejo turístico de Mayakoba- por valor de 280 millones de euros en activos no estratégicos.
Un dinero que servirá, entre otras cosas, para financiar los costes de un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a unas 150 personas y también a distintos proyectos fallidos que tiene en cartera. El objetivo es que los costes de estructura queden fijados entre los 116 millones y los 134 millones de euros.
La empresa asume también que en los próximos meses la venta de Canalejas, en Madrid, y de Old War Offices, en Londres, aportarán 150 millones de euros. Cantidades a las que habrá que sumar otros ingresos adicionales de 580 millones procedentes de indemnizaciones de distintos proyectos.
El futuro de Villar-Mir
Para lograr los objetivos, la compañía abandonará aquellas regiones en las que no es fuerte, y pasará a centrarse exclusivamente en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Países todos ellos donde OHL podrá centrarse en aquello que realmente les puede interesar.
Todo ello en plenos rumores de mercado sobre el futuro de la familia Villar-Mir al frente de la constructora. Se da por descontado que podrían estar planteándose seguir desinvirtiendo en la constructora, e incluso hay quien habla de operaciones más importantes con otros actores del mercado en España. Muestra de ello son los intentos previos con CSCEC y HNA que no salieron adelante.