Son, de momento, pocos. Pero están decididos a profesionalizar uno de los sectores que más precarización tienen. Todos ellos se conocieron en la plaza de Tribunal, donde es de lo más habitual encontrarse con jóvenes con mochilas y bicicleta esperando un nuevo pedido una tarde cualquiera. Y tras muchas horas hablando en la céntrica plaza madrileña, y con la firme idea de cambiar la situación de los ‘riders’, han creado la primera cooperativa de reparto de comida a domicilio.
La Pájara ya da sus primeras pedaladas, aunque será en septiembre cuando empiecen a recorrer las calles del centro de Madrid. “Queremos ser la respuesta a un problema evidente. Debemos tener un sueldo y unas condiciones laborales dignas ante los salarios que tienen nuestros compañeros que trabajan para las empresas de ‘delivery’", explican los fundadores.
“Estamos preparados para lanzar una alternativa justa, competitiva y sostenible y saldremos a través de una plataforma digital que la ha diseñado una cooperativa tecnológica que cederá su software a todas las iniciativas parecidas a la nuestra”, subrayan Martino Correggiari, Cris Robles, Quique Medina y Joaquín Galán, los miembros de La Pájara.
Con contrato y con derechos sociales
Los fundadores de La Pájara ya han trazado su modelo de negocio. Consideran que un ‘rider’ tiene los mismos derechos que cualquier otro trabajador: “Quien va en la bici también tiene derecho a llegar a fin de mes, a tener baja laboral por tener accidentes laborales y a cobrar un sueldo digno”, argumentan.
Por ello, los jóvenes creadores de la cooperativa cobrarán a 9 euros la hora, lo que supondría según ellos, cobrar unos 600 euros al mes con un contrato de 20 horas a la semana y 1.200 por trabajar 40 horas por semana.
De momento, los ‘riders’ estarán por las calles de Madrid en franjas horarias de comida y cena y repartirán en la zona centro, aunque sus expectativas pasan por ir ampliando el mapa. Los clientes de La Pájara serán personas que disfruten con la comida ecológica y vegana, puesto que su idea es llevar a casa este tipo de alimentos.
¿Y cómo les saldrán las cuentas?
“Cobraremos un poco más de comisión por el transporte de comida que los Deliveroo o Glovo. El 1,90 euros por trayecto es completamente inviable para que un trabajador esté dignificado laboralmente”, subrayan. Ellos son conscientes del reto que tienen, pero confían en que sus clientes acepten pagar algo más de 3,50 euros por tener su comida o cena puesta en casa.
Además del precio por trayecto también se quedarán con el 27,5% del importe total del pedido realizado por el cliente. “No habrá intermediarios como existe en las otras empresas. Por eso, el precio será mayor, pero entendemos que es lo mejor para que los compañeros que quieran trabajar con nosotros tengan un sueldo acorde al trabajo que realizamos”, indican.
Sin críticas
Los creadores de La Pájara se lamentan de la situación que viven los ‘riders’ en España. “Es frustrante ver como las empresas te exprimen, te explotan y mucha gente sigue trabajando porque necesita llevar dinero a su casa”, indican desde la nueva cooperativa.
“Necesitas estar trabajando más de 10 horas trabajando, no puedes decir que no a los pedidos porque te penalizan e incluso ya hay ‘mafias’ que se benefician de las licencias revendiéndolas. Es lamentable”, critican. Pero lejos de verter críticas, ellos quieren pasar página y, a través de La Pájara, querer convencer a todos los ‘riders’ de Madrid de unirse a su cooperativa. “Es mejor no decir nada, seguir trabajando y hacer las cosas bien para que se acabe la situación que se está produciendo en este sector tan precarizado”, arguyen.
En cuanto a los apoyos recibidos, la nueva cooperativa estará bajo el paraguas de Mares Madrid, un proyecto de transformación urbana a través de la economía social y solidaria, que busca fomentar iniciativas productivas y cambiar la ciudad de Madrid incidiendo en cinco sectores: movilidad, alimentación, reciclaje, energía y cuidados. Además, cuentan a este periódico que Podemos ya se ha interesado por su situación
Un modo de vida
La bicicleta es, cada vez más, la opción preferida de muchos madrileños. Basta con mirar la gran acogida de los diferentes servicios de alquiler que están en la capital española. Y la gran pasión de los miembros de La Pájara, además de ser su vía para ganarse el pan, es subirse a las dos ruedas.
“Vivimos por y para la bicicleta. Es el medio de transporte más ecológico y barato. Además te mantiene bien físicamente. La bici es dura, pero es un estilo de vida y gracias a ella hemos podido crear La Pájara”, recalcan.
Su amor por la bicicleta, por tanto, provoca que se lance un mensaje de reivindicación. “Tenemos que tener más accesos y más vías ciclistas por la ciudad. Sí de verdad queremos ser como otras grandes ciudades necesitamos mejorar en este aspecto”, reclaman a los ayuntamientos españoles.
Ahora queda por ver si lograrán subir el puerto a pesar de la pendiente y la dura competencia. Con suerte, en su proyecto no habrá más pájaras que la de su nombre.