En el contexto actual de preocupación por la privacidad de la información, la llegada del sistema open banking (o banca abierta) que posibilita la apertura y el intercambio de datos económicos genera cierta inquietud. Sin embargo, expertos del sector jurídico, financiero y de las nuevas firmas tecnológicas (fintech) coinciden en que su implantación, en el marco legal de la segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2, por sus siglas en inglés), va a devolver a los usuarios el control sobre sus datos bancarios.
Y es que gracias a las prácticas de banca abierta, junto con el desarrollo de APIs (interfaces de programación de aplicaciones) abiertas y otras tecnologías disruptivas como blockchain, se podrán ofrecer productos y servicios mejor ajustados a las necesidades del cliente y simplificar y abaratar las transacciones financieras. Además, el open banking permitirá a los usuarios un acceso transparente a sus propios datos y decidir cuándo estos pueden compartirse con terceros.
En esta misma línea se engloba la idea más repetida en el II Foro Debate Fintech, organizado por EL ESPAÑOL con la colaboración de American Express y el bufete Pinsent Masons: el cliente estará en el centro de todos los cambios que estas nuevas tecnologías van a traer a la sociedad. Los fenómenos de descentralización y desintermediación de los servicios otorgarán a los consumidores un papel aún más importante y, al mismo tiempo, recuperarán la plena soberanía y disposición de sus datos.
Colaboración entre fintech y grandes corporaciones
El Foro comenzó con la ponencia del presidente y consejero delegado de American Express en España, Juan Orti Ochoa de Ocáriz, quien ha señalado que “las nuevas compañías fintech han cambiado las reglas del juego” y que el big data es cada vez más valioso gracias al desarrollo de la tecnología para aprovecharlo (smart data).
“Los datos son el petróleo del siglo XXI”, subrayó el directivo, que ha defendido que la aplicación de la nueva regulación europea de pagos PSD2 será beneficiosa para el cliente y, por tanto, también para su compañía, a pesar de los costes, complicaciones y esfuerzos que requiera adaptarse a ella.
“La ley nos exige cooperar conforme a unos requisitos, nos guste o no”, contestaba Orti, preguntado por la relación de las instituciones financieras tradicionales con las fintech. Por ello, sostiene que compañías como American Express deben aportar su marca, su conocimiento de los usuarios y su experiencia (de más de 170 años), y al mismo tiempo pueden contar con estas nuevas firmas tecnológicas en “alguno de los eslabones de la cadena de valor, que es muy larga”.
Para respaldar esta idea, ha aportado un dato sorprendente: en 2017 se han invertido en Europa 4,6 millones de dólares en fintech, de los cuales, el 65% ha correspondido a grandes corporaciones.
A su juicio, en parte se ha externalizado en empresas fintech la investigación y el desarrollo en un entorno en el que la tecnología crece a un ritmo exponencial. Puso el ejemplo de American Express Ventures, la iniciativa por la que la empresa de servicios invierte en startups para mejorar sus capacidades.
Regulación y progreso
La primera mesa de debate ha contado con la participación de Idoya Arteagabeitia, partner de Pinsent Mansons, que ha hecho hincapié en el papel de la directiva PSD2 como contexto jurídico del nuevo paradigma de apertura en el trato de los datos financieros, en el que los bancos y las fintech puedan generar sinergias que sean beneficiosas para ambos.
“Open banking será más exitosa cuantos más actores participen”, y “dependerá de que el consumidor preste su confianza” ha asegurado la letrada, por lo que cualquier elemento que fomente la transparencia y la garantía de protección de la información será muy positivo. Así, ha subrayado la importancia de que exista una licencia fintech.
Arteagabeitia ha mencionado, además, la problemática por el retraso de la trasposición de la directiva de pagos en España, cuyo plazo expiraba en 2016 y que sigue sin llevarse a cabo. En este sentido, ha introducido el concepto en torno al cual ha pivotado gran parte del debate, la “doble velocidad” entre el avance tecnológico y la adaptación de la normativa.
Otro de los participantes ha sido el vicepresidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI), Arturo González Mac Dowell, quien ha lanzado un mensaje positivo para nuestro país: “en España existe capacidad de innovación en general y en el sector financiero”, ha aseverado. Basa esta afirmación en ejemplos como el de Bankinter, que ya en el año 2001 comenzó a utilizar servicios de información sobre cuentas, algo que en aquel momento “se veía como pura ficción” en otros lugares.
Sandbox como solución
El vicepresidente de AEFI ha resaltado la importancia de una “normativa sencilla” que otorgue tranquilidad a todos los actores que participan en open banking. Asimismo, ha criticado la propuesta británica de la “redirección” del cliente como medio para hacer efectivo el intercambio de datos, por ser un proceso largo y tedioso, que neutraliza la ventaja competitiva. Ha sostenido, además, que la implantación rápida del entorno de pruebas conocido como sandbox en España podría atraer inversiones, talento y crear nuevos puestos de trabajo.
Por su parte, el secretario del Foro Fintech, Álex Carbonell en el que participan administraciones, bancos y otras instituciones financieras, ha defendido que la tecnología fintech es ya una realidad, a la que la Unión Europea y su legislación tiene que adaptarse (“no tenemos ni un Google ni un Amazon”). Sin embargo, ha asegurado que las administraciones son conscientes de la relevancia de este proceso, pero que la regulación de un sector como este es difícil por la participación de muchos sectores y que la del sandbox, aunque no definitiva, es una buena solución.
Protección de datos y modelo híbrido
En la segunda mesa de debate, Paula Fernández-Longoria, socia del departamento de TMT de Pinsent Masons ha indicado que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que entró en vigor el pasado 25 de mayo de 2018, y causante de los muchos correos electrónicos que hemos recibido desde esa fecha, ha mejorado notablemente la seguridad de los usuarios, y ha destacado la importancia de los protocolos empresariales para casos de quiebras de seguridad y la comunicación fluida con los clientes ante esa tesitura.
Alejandro Pérez-Paya, head de Allfunds Connect, que viene de comprar la compañía de soluciones fintech para asesoramiento y gestión de activos Finametrix, se ha posicionado como defensor de un modelo de negocio híbrido, para las corporaciones financieras que dispongan de capital suficiente y puedan permitirse invertir en las fintech. A esto se dedica la compañía Finametrix, que “presta su producto a la banca de modo que no necesiten ni desarrollar la tecnología ni adquirir una empresa de este tipo”.
Otro de los participantes, Luis Pastor, miembro de la junta directiva de Alastria, ha destacado que este sistema de blockchain permisionada tendrá una red de pruebas ya en marcha desde 2018 y permitirá una cooperación voluntaria entre diferentes compañías, a veces competidoras en el mercado, con ventajas como la de “proporcionar una identidad digital” y “posicionar a España en la vanguardia internacional” de esta tecnología.
Importancia de la divulgación y la reflexión
Por su parte, el fundador y director de Fintech Spain, Pablo Blasco, ha señalado que una de las labores fundamentales de la compañía en los últimos años para impulsar el desarrollo del ecosistema fintech en nuestro país es la de divulgar el significado de esta tecnología en la población, ya que, por muchos avances que se produzcan, estos no podrán implantarse si no son conocidos por los consumidores. Y ha vuelto sobre la idea de una regulación apropiada como elemento clave, y ha aseverado que si esa normativa llega, “el mercado español tiene suficiente potencial como para convertirse en líder mundial”.
El último de los ponentes en este II Foro Debate Fintech de EL ESPAÑOL fue Vicente J. García Gil, presidente de la Fundación para la Innovación Financiera y la Economía Digital (FIFED). El directivo ha aportado un enfoque de “reflexión y análisis” en el que se centra la fundación. Asimismo, ha indicado que el cometido de FIFED es generar debate, conocimiento útil e intentar profundizar en las implicaciones de esta revolución tecnológica. Para ello, procuran contar con “personas con visión más rupturista y avanzada sobre la evolución de la economía, el sistema financiero y la sociedad”, para intentar trazar puntos de desarrollo e innovación.
El foro ha contado con la colaboración y difusión de: ASCOM, AEFI, ECOFIN, EFPA ESPAÑA, FEBF, FIFED, FINECT y FINTECH Spain.