El flamante Gobierno de Pedro Sánchez va enseñando la patita en lo que a impuestos se refiere. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha ocupado ya de dejar claro que habrá cambios en cuanto a impuestos se refiere, y más de uno y de dos ya se han echado a temblar.
¿El cambio más importante que se prepara? Una modificación del Impuesto de Sociedades con la que se busca evitar que los grandes grupos empresariales tengan unos tipos que el PSOE considera casi irrisorios gracias, en buena medida, a las deducciones a las que pueden acogerse. El objetivo, decía la ministra de Hacienda, es que el tipo mínimo se sitúe en el entorno del 15%, aunque fuentes de su departamento confirman a EL ESPAÑOL que el tipo exacto todavía no está cerrado y que se verá en las próximas semanas.
Sea como sea, el anuncio ya está hecho y las compañías han empezado a hacer números para ver cómo les afecta. Los cálculos elaborados por EL ESPAÑOL en colaboración con Gestha muestran que, estableciendo ese 15% del que hablaba este jueves la ministra, se podrían recaudar 6.500 millones de euros adicionales cada año. Los cálculos, por cierto, se han efectuado limitando el uso de las bonificaciones como las deducciones fiscales, así como los ajustes del resultado contable.
Unos números que no han gustado, como es previsible, a las grandes corporaciones. Es el caso, por ejemplo, de Telefónica. Su directora financiera, Laura Abasolo, decía este jueves que “subir los tipos podría implicar pérdida de competitividad fiscal, ya que el nivel del Impuesto de Sociedades en España es adecuado”.
Una postura en la que coinciden también en la patronal CEOE. Fuentes consultadas por EL ESPAÑOL insisten en esperar a conocer la propuesta final que elabore el departamento de Hacienda. Pero no tienen problema en recordar que todo lo que sea una subida de impuestos es negativo para la competitividad de las empresas españolas.
Nunca se llegará a conseguir esa cifra
Fuentes empresariales consultadas por EL ESPAÑOL creen que el Gobierno está haciendo unos números que no se ajustan a la realidad. A su juicio, será imposible que la Agencia Tributaria recaude todo lo que prevé a través de ese cambio en el Impuesto de Sociedades.
¿Los motivos? Hay varios. El primero y más importante, que las deducciones en el Impuesto de Sociedades ya están limitadas. ¿Esto qué implica? Pues que si se tipos efectivos muy bajos es porque se compensan pérdidas de años anteriores, que ya están limitadas; o a los beneficios del exterior -que son, aproximadamente, el 70% de las ganancias de las empresas españolas del Ibex 35-. Por tanto, explican, si se hace ese cambio, habría una doble imposición.
Desde Ciudadanos, Francisco de la Torre, considera que si esta reforma se lleva a cabo lo que se va a conseguir es que las grandes corporaciones no traigan a España las ganancias de sus empresas en el exterior. Por tanto, “no se recaudará absolutamente nada. Y si en un momento dado necesitaran el dinero para, por ejemplo, pagar dividendos, lo harán pidiendo un préstamo bancario”.
A juicio del responsable de Hacienda de Ciudadanos “estas propuestas te dejan helado, porque demuestran un amplio desconocimiento de la técnica tributaria, porque el Impuesto de Sociedades es uno de los que más afecta al crecimiento económico”. Todo ello “porque el nuevo Gobierno ha nacido siendo un adicto al gasto”, sentencia.