Telefónica es una de esas empresas que siempre te sorprende. Bajo su marca comercial, Movistar, oculta todo un conglomerado empresarial muchas veces desconocido para los usuarios. Es el caso, por ejemplo, de su filial de consumo: Telefónica Consumer Finance (TCF), una aventura que comparte con Caixabank desde 2014 y que comparten al 50%.
Una compañía a través de la que la operadora otorga la financiación a sus clientes por la compra de terminales. Era la época del boom de los móviles a plazos, y en aquel entonces era un auténtico chollo para las operadoras. De hecho, TCF surge de la evolución que la compañía y el banco mantenían para que éste financiara el aplazamiento a 24 meses de los terminales de la operadora.
La era dorada llegaba después de que Movistar (en 2012) decidiera dejar de subvencionar la compra de móviles. ¿Se acuerdan de los puntos? Pues sí, hace ya seis años que desaparecieron de nuestra vidas, aunque los más jóvenes del lugar ni lo recordarán. Sin embargo, la evolución del mercado ha llevado a las operadoras por otros derroteros que ya no son la venta de terminales propiamente dicha.
Movistar dejó de bloquear los teléfonos que vendía, hace ya un lustro, de manera que prácticamente todos los teléfonos en España son libres. Pero eso no impidió la proliferación de otros vendedores más allá de los operadores.
Más de la mitad de los usuarios acuden en España a comprar terminales a través de Internet o en otras tiendas especializadas como El Corte Inglés, Media Markt, etc.
Y aunque el canal de operadoras sigue muy activo, en parte gracias a la financiación, ya no es el core de las operadoras.
Sin embargo, con todo y con eso, la filial de Telefónica y Caixabank ganó el año pasado 7,2 millones de euros, lo que supone un aumento del 4,3% respecto al año anterior. Una cifra que se logra, en buena medida, por la reducción de los costes de administración, ya que la cifra de créditos concedidos sigue en caída libre hasta los 188 millones de euros, frente a los 231 millones del año anterior.
Desde la propia compañía reconocen que en la evolución de esta filial influye la caída en la venta de terminales, dado que cada vez hay menos subsidios. A Vodafone le ha pasado algo parecido.
Sin embargo, Orange sí está más concentrada en la venta de terminales y otros productos porque lo ven como algo vital para atraer público a sus tiendas. De hecho, la compañía naranja reordenaba precisamente para eso sus establecimientos hacia otros más grandes que permitan una mejor experiencia del cliente.
Concretamente, Orange es hoy la operadora que más peso tiene en venta de dispositivos y no sólo móviles: cada vez está más abierta a colocar al cliente televisores, barras de sonido o incluso consolas de videojuegos.
Una nueva esperanza
Sin embargo, es muy posible que la filial de consumo tenga un nuevo revivir en los próximos años. De momento el año pasado ya lanzaron una iniciativa de préstamos rápidos (de la que no hay datos detallados en la memoria anual), aunque fuentes cercanas explican que se trata de una experiencia piloto que está funcionando bastante bien. Así que no sería descartable que pudiera ampliarse en los próximos meses.
Por si fuera poco, la llegada de nuevos productos en Telefónica como Movistar Home, que quiere ser el teléfono fijo del futuro y que podrían requerir de financiación, podrían dar una nueva vida a la compañía que comparten la operadora y Caixabank.