Dia no levanta cabeza, ni siquiera tras la llegada de los consejeros de LetterOne, mientras los tambores de OPA suenan cada vez con más fuerza. La cadena de supermercados ha cerrado este viernes en mínimos históricos de cotización en los 2,19 euros por título con una caída del 9,5% en la jornada.
Un resultado negativo que no es casual, ya que ha perdido más de un 40% de su valor desde enero, pero que ha recibido el empujón definitivo tras las opiniones de las firmas internacionales de inversión.
En este sentido, Barclays y Jefferies han revisado a la baja sus valoraciones sobre Dia, recortando su precio objetivo más de un 25%; en concreto, Barclays hasta los 2,70 euros por acción y Jefferies hasta los 2,75. El 28 de junio, HSBC rebajaba también sus previsiones un 28%.
Y es que nadie quita ojo al que es el patito feo del Ibex 35, que presenta los resultados del primer semestre en un par de semanas. A cierre del primer trimestre, redujo su beneficio un 76% en comparación con el mismo período de 2017, con 6,2 millones. En ese periodo, registró una caída del 9,3% de las ventas brutas bajo enseña (que incluye tiendas propias y franquiciadas y la suma de todos los impuetos) hasta 2.270 millones de euros.
A estos males hay que sumarles otros como que, según los cálculos de este periódico, Dia es la cadena de supermercados menos rentable en España. A cierre de 2017, contaba con una superficie de venta de 1,8 millones de metros cuadrados. Con una facturación de 5,3 millones, que sufrió una caída del 3,8% respecto al año anterior, Dia vendió 2.985 euros por metro cuadrado. A su favor juega que ostenta la medalla de bronce en lo que a cuota de mercado se refiere, pero, de momento, no lo rentabiliza.
La OPA sobrevuela
Lo cierto es que los cambios en la empresa van a llegar más pronto que tarde, después de que el magnate ruso Mikhail Fridman comenzara a mover los hilos como primer accionista -con el 25% de la compañía- a comienzos de año. Así, consiguió sentar en el consejo de administración de la compañía a dos de los suyos, pasando de 10 a 12 sillas.
El primero, Stephan DuCharme, fue CEO de la cadena rusa X5 hasta 2015, cadena de supermercados líder en el país. Se le atribuye el mérito de haberla hecho crecer hasta convertirla en la número uno, con un modelo muy parecido al de Mercadona. Ahora, es el socio director de L1 Retail, la división de inversión en distribución del fondo LetterOne de Mikhail Fridman.
El segundo, Karl-Heinz Holland, fue consejero delegado de Lidl durante más de seis años y responsable de la gran expansión del grupo alemán durante su etapa de mayor crecimiento; un grupo en el que trabajó durante más de veinte años y que ocupa ahora el cargo de asesor de L1 Retail.
A ellos se les atribuye, por ejemplo, la fuerte apuesta de la cadena por la nueva enseña Dia&Go, de las que ya tiene cerca de una treintena de locales, aunque en fase de prueba. Con estas tiendas de conveniencia tratan de remontar ventas y acercarse a un público diferente al tradicional, manteniendo horarios amplios y con córners especializados en comida preparada.
¿Hay riesgo de OPA? Cuando presentó los resultados a cierre de 2017, el CEO de Dia, Ricardo Currás, se mostraba tranquilo sobre la posibilidad de que el fondo formulara una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre la compañía, señalando que no tenía "ningún temor" sobre el tema. No obstante, si Fridman rebasara el umbral del 30% estaría obligado a lanzarla, y en el mercado empieza a sonar el run run de que podría llegar más pronto que tarde.
Tras ellos, el segundo accionista de la cadena es Goldman Sachs, que este mismo jueves elevó ligeramente su participación en Dia hasta el 14,004%, desde el 13,85% anterior.
Los bajistas, por su parte, siguen apostando por la cadena. Según los últimos datos disponibles en la CNMV, las posiciones cortas alcanzan el 16,88% del capital.
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