Esta decisión responde a un acuerdo alcanzado el pasado mes de mayo entre las autoridades estadounidenses y la empresa china que contemplaba una serie de mecanismos para certificar que ZTE no vuelve a violar un acuerdo previo alcanzado en 2017.
"Aunque levantamos la prohibición, el departamento se mantendrá vigilante mientras controlamos las acciones de ZTE para garantizar que la empresa cumple con las leyes y regulaciones de Estados Unidos", advirtió el secretario de Comercio, Will Ross, en un comunicado divulgado este viernes.
El secretario enumera tres elementos clave para el futuro de las operaciones de la compañía en suelo estadounidense: el depósito de una garantía de 400 millones de dólares, la retirada de su declaración de rechazo de las acusaciones y la aceptación de la presencia en la empresa de un equipo "seleccionado" por Washington.
EEUU dictó sanciones contra ZTE el año pasado y las amplió en abril, al prohibir a las empresas del país la venta de componentes al gigante chino durante un plazo de siete años, argumentando que la firma había mantenido ilegalmente negocios con Corea del Norte e Irán.
En junio pasado la compañía alcanzó un acuerdo para que se retiraran esas medidas a cambio de una multa de 1.000 millones de dólares y de remodelar su junta directiva.
Estas medidas en principio ya habían sido aceptadas por ZTE el año pasado, aunque Washington acusó a la firma china de no haber cumplido sus compromisos, lo que forzó este nuevo contencioso entre ambas partes en los últimos meses.