No obstante, Fitch señala en su informe publicado hoy que los puntos débiles de la economía española son el elevado nivel de deuda pública, el escaso ajuste realizado del déficit estructural, la alta tasa de paro y la incertidumbre asociada a Cataluña.
Se trata de la segunda revisión que Fitch hace de la calificación de España este año, después de que el pasado 19 de enero le subiera la nota un escalón tras constatar el limitado impacto de la crisis política de Cataluña en el conjunto de la economía del país.
La agencia no espera un cambio marcado en la política económica o fiscal bajo el nuevo Gobierno socialista y señala que su capacidad para implementar reformas está limitada porque se encuentra en minoría parlamentaria.
Además, incide en que el nuevo gabinete tiene una composición en general moderada y favorable a la UE, que ha apuntado hacia "una amplia continuidad en la dirección de la política macroeconómica".
"No está claro si el Gobierno llegará al final de la Legislatura a julio de 2020", señala el informe, que dice que todo dependerá de los cálculos políticos que hagan el resto de partidos a la hora de votar los presupuestos para 2019.
Las tensiones entre la administración central y el gobierno de Cataluña han disminuido este año, según la agencia, que aún no ve avances en el desarrollo de políticas que puedan conducir a un acuerdo "mutuamente aceptable".
"Si bien la composición del nuevo gobierno regional de Cataluña es similar a la anterior, creemos que es menos probable que regrese en el corto plazo a las políticas diseñadas para seguir unilateralmente con la independencia", añade.
"Continuamos viendo la separación de Cataluña de España como muy poco probable y nuestra suposición central sigue siendo que finalmente habrá un acuerdo sobre la reforma financiera regional y una mayor autonomía de Cataluña dentro de España, pero que este será un proceso largo", asegura Fitch en su análisis.
Respecto a la evolución de la economía, dice que la demanda interna (consumo e inversión) sigue impulsando el crecimiento económico, que está acompañado por un crecimiento del empleo cercano al 2,5%, por unas condiciones de crédito favorables, por un sentimiento positivo de los consumidores y las empresas, y por una recuperación de los precios de la vivienda.
Fitch pronostica que el avance del PBI se va a moderar del 3,1% de 2017 al 2,7% este año, al 2,3% en 2019 y al 1,9% en 2020, debido al enfriamiento de la inversión y a que la tasa de ahorro amortiguará el crecimiento del consumo privado.
La agencia señala también "el sólido desempeño de las exportaciones que están apuntalando superávits moderados de cuenta corriente y una reducción relativamente gradual de las vulnerabilidades externas".
Sin embargo, Fitch pronostica que el superávit por cuenta corriente se reducirá al 1,6% del PIB por el mayor precio del petróleo y por una mayor competencia en el turismo, entre otras cosas.
Del sector bancario destaca que ha seguido mejorando, pero que la tasa de morosidad aún está por encima del nivel anterior a la crisis, si bien están creciendo los ingresos por comisiones y están contenidos los gastos operativos, lo que debería redundar en una creciente rentabilidad.