Con la temporada de verano llegando a su ecuador, las hoteleras vuelven a la carga contra el peso que han ganado en los últimos años las plataformas como Booking o eDreams a la hora de planificar las vacaciones. Aunque la relación con estas plataformas es buena y se valora su labor en el sector, se revuelven contra sus prácticas y señalan que el oligopolio que han construido puede dañar al consumidor.
Así lo ve la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), para quien la la venta de habitaciones a través de intermediarios no es algo “malo” para los hoteleros per se, pero ven necesario impulsar medidas para “impedir el monopolio” que han constituido a base de sumar usuarios en los últimos años.
“Hemos observado un aumento de consumidores que acuden a las plataformas más grandes. Están creciendo de forma exponencial y están produciendo una especie de oligopolio”, afirma Ramón Estalella, secretario general de Cehat. El problema no está en la intermediación, asegura, ya que “las agencias de viaje y los touroperadores han sido un gran aporte para el sector”, sino que “hemos notado un incremento importante de prácticas que afectan al consumidor” dada su posición dominante.
El secretario general de Cehat reconoce que "no está en su mano" evitar la formación de estos monopolios, pero sí que abogarán por evitar que estas prácticas deriven en clausulas abusivas hacia los hoteleros que se ven obligados a aceptar para aparecer en la plataforma. Plataformas como Booking son "un intermediario necesario", sobre todo para los establecimientos más pequeños, señala a este periódico Estalella, pero "lo que no queremos es que las plataformas con un tamaño relevante marquen las normas".
Desde la patronal hotelera muestran su malestar ante dos situaciones. Primero, el hecho de que estén obligados a “dar siempre a las plataformas el mejor precio en lugar de elegir a quién se lo ofrecemos”. Segundo, los “falsos chollos” que se ofrecen a los consumidores y que, al final, esconden "un sobreprecio”.
Más venta directa y sin obligación de precio
Según los datos del 'Observatorio de la Industria Hotelera' para este verano, elaborado por la Cehat y PwC y presentado este lunes en Madrid, el 81% de los hoteleros reconoce que más de la mitad de sus ventas se hace a través de mayoristas. Estalella asegura que en los últimos años la venta directa ha pasado de un 35% a un 31%, una tendencia que se ha observado también en el resto de Europa.
“No es ni bueno ni malo, es similar a lo que pasa con los agricultores y la venta a través de cooperativas. Pero hemos visto una serie de medidas que creemos que dañan al consumidor”, subraya el secretario general de Cehat poniendo como ejemplo la obligación de vender en estas plataformas “al mejor precio”.
Aunque en España no se aplica, desde Cehat abogan "por eliminar la paridad de precios porque creemos que es muy mala para el mercado”, agrega. Su intención es que, al igual que ha ocurrido en otros países europeos, se prohíba esta posibilidad. Actualmente, en España se permite vender a distintos precios según el canal de venta (online, agencias de viaje online o físicas, venta telefónica). "Cada hotelero tiene que poder elegir cómo vende en cada plataforma", apunta Estalella defendiendo que cada establecimiento tiene que poder "equivocarse" en su forma de gestionar el negocio y optar por uno u otro precio en cada canal, por vender todo en una plataforma o, simplemente, no estar.
Desde Booking responden a esta crítica: la paridad de precios "estimula de forma activa la sana competencia” y “facilita la forma más fácil y transparente de comparación de precios para el consumidor". La plataforma defiende, además, que son los hoteleros "los que fijan los precios que se ofrecen en la plataforma”.
Fuentes de la compañía señalan a EL ESPAÑOL que la labor de Booking -y por la que cobran la reñida comisión- va más allá de servir como escaparate global para los hoteleros, también se sugiere al establecimiento los niveles de precios que podrían funcionar según la demanda y las fechas teniendo en cuenta años anteriores, pero es cada hotel el que decide a qué precio vende finalmente la habitación. Lo que se pide, apuntan, es una “coherencia”.
Es decir, que si el hotel vende en su propia web una habitación a 90 euros la noche, en la plataforma no eleven ese precio. El gigante Booking, que pertenece al grupo Priceline, tiene por filosofía “conectar a los consumidores de todo el mundo con la mayor cantidad posible de establecimientos y al mejor precio posible”, lo que les lleva a igualar precios en caso de que el consumidor encuentre su alojamiento más barato en otra plataforma.
La clave de la venta directa es apuntalar los ingresos sin perder por el camino una porción en comisiones. La comisión que cobra Booking al hotel por usar su plataforma llega a superar el 20%, algo que Cehat ya ha tachado en otras ocasiones de “abusivo”. Desde la plataforma son rotundos: “Las propiedades eligen estar en Booking y lo hacen porque somos un canal de marketing altamente rentable para ellos”.
Las grandes hoteleras llevan un tiempo reforzando sus páginas web y sus canales propios de venta para escapar, precisamente, del mordisco que se llevan estas plataformas por sus servicios. Un estudio del proveedor de servicios en la nube SiteMinder señala que entre ambos gigantes (Booking y Expedia) controlan más de la mitad de las habitaciones de hotel que se venden en España.
Pero el esfuerzo por potenciar su venta directa está dando sus frutos: según SiteMinder, las reservas directas sirvieron para que las hoteleras españolas se embolsaran más de 3.100 millones en 2017 y la cifra aumentará a casi 4.400 millones en 2022, más de la mitad de los 8.900 millones que se prevé que alcancen las reservas online para ese año.
Los ‘falsos chollos’
La otra crítica que lanzan desde Cehat a estas plataformas se apoya en uno de los últimos estudios que ha realizado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Según la organización, todas las páginas web de viajes “incrementan el precio anunciado antes de que finalice el proceso de compra”. De media, “una de cada dos veces” ocurre. La que peor se porta en este sentido es Voyage Prive, que lo hace en un 80% de las ocasiones.
Pero más allá del número de veces que esto ocurre, la clave está en que en el 70% de los casos el incremento de precio no está justificado, sostiene la OCU que ha determinado que se produce un sobrecoste medio de un 40% en los viajes respecto a la oferta anunciada en Internet. En el caso de eDreams, el sobreprecio llega a ser de un 135%, asegura la organización. En Lastminute, la subida es de un 63% de media sobre el precio inicial y en Booking de un 54%.
Otras, como Atrápalo, “ocultan todo tipo de gastos adicionales”, como los de gestión, las tasas de aeropuerto, excursiones obligatorias en viajes organizados, etc. Tampoco se escapa Nautalia en la que, según la OCU, “las subidas de precio ocurren en un 61% de los viajes rastreados” y suponen una media de 50 euros más por persona respecto a la oferta.
Desde eDreams niegan “rotundamente” las prácticas a las que se refiere la OCU y ponen en duda la metodología utilizada para este análisis. Según fuentes de la compañía, aplican una “política de transparencia de precios para garantizar la óptima experiencia de sus millones de clientes”. En su defensa, alegan que los precios se muestran de forma clara y por adelantado para que el cliente conozca el coste total de la reserva durante todo el proceso de compra y que los cargos por servicios se detallan desde la primera etapa de búsqueda.
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