“No has logrado tu objetivo de ventas en el vuelo (…) A la vista de tu rendimiento, es evidente que tienes mucho trabajo por hacer. Necesito ver mejoras inmediatas y sostenidas”. Esas son las palabras que Ryanair y las empresas de trabajo temporal que utiliza para contratar a su tripulación dedica a sus trabajadores cuando no se logran las metas marcadas a cada tripulante.
Un perfume diario, un menú o algo fresco del bar, ocho papeletas de la archiconocida rifa aérea con la que la irlandesa ha hecho mella en los cielos europeos. Lo que para el pasajero es un tedio, para la tripulación es razón de escarnio público y medidas disciplinarias.
En una batería de correos a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL la aerolínea muestra de forma explícita la relevancia que tienen para su estrategia los ingresos extra que generan las ventas a bordo y que no tiene el menor reparo en presionar a sus trabajadores para elevar la cuota. Unas metas que, como confirma a este periódico uno de sus trabajadores, no vienen establecidas por contrato.
“Como sabes, las ventas a bordo son clave en nuestro servicio durante el vuelo (...) Como agente de servicio al cliente, espero que seas capaz de liderar, enseñar y guiar a tu tripulación durante el proceso de ventas”, reza una de las cartas genéricas que la aerolínea envía directamente o a través de una de las empresas de trabajo temporal constituidas en Irlanda para contratar a su tripulación.
El seguimiento de las ventas de cada tripulante es obsesivo, denuncian. Estas misivas van acompañadas del dato concreto de venta promedio por vuelo y su comparativa con el objetivo. Pero más aún, si después de dar un toque de atención al tripulante no hay cambios, la compañía envía un detallado reporte sobre su desempeño.
En una carta remitida a uno de sus trabajadores el pasado mes de noviembre, WorkForce (una de las ETT de Ryanair) resumía el rendimiento de su trabajador de la siguiente forma: “Entre abril y noviembre has operado 251 vuelos y tu promedio de gasto ha quedado un 48% por debajo del presupuesto. Revisando tu pobre desempeño, puedo ver que se ha debido a las siguientes circunstancias: en un 73% de los vuelos no has vendido ningún cupón de lotería; en un 98% no has vendido ninguna fragancia; en un 69% no has vendido ningún aperitivo....”.
La lista continúa. Muestra cada uno de los ítems que, de forma complementaria la aerolínea ofrece y sirve para engordar sus ingresos. El comunicado agrega que este desempeño “no es aceptable y se debe, claramente, a que no estás haciendo tu trabajo”, algo que la compañía no tolerará. Esta carta, firmada por la jefa de Recursos Humanos de WorkForce subraya otro punto: desde 2015, Ryanair tiene un acuerdo para “recompensar la productividad” y el compromiso de sus tripulantes. Además de tres días libres por cada cinco trabajados -una medida no contractual-, la tripulación recibe un 10% de todo lo que se vende a bordo, confirman fuentes de Ryanair a este periódico.
Este “pobre desempeño”, como lo define la aerolínea, se traduce en amenazas de despido y en comités disciplinarios que se celebran en Dublín y a los que se les exige que se presenten de uniforme. Un escarnio público por el que muchos tripulantes pasan sabiendo que sus compañeros conocen el motivo de la visita a la capital irlandesa.
La presión para mantener las ventas pasa por tomar medidas como el traslado de base. “Te llaman a Dublín y, por lo menos, te amenazan con un cambio de base. Te intentan mandar a a Dublín o a Stansted (Londres), una base con una forma de trabajo más dictatorial, digna de Corea del Norte", explica a este periódico Adrián (nombre ficticio), uno de los tripulantes de la irlandesa que prefiere no revelar su identidad por temor a las potenciales represalias.
La política sobre los traslados queda reflejada en otro de los correos internos de la compañía. "No importa si tienes casa o familia o si eres de allí (la ciudad en que tenga la base), se te trasladará de base (al tripulante) si no cumples los objetivos de venta", subraya uno de ellos, enviado en 2016. "Todas las bases pueden sufrir cambios obligatorios en los próximos meses por bajo desempeño. Sabéis quienes sois en cada base ya que habéis recibido el reporte semestral de desempeño", añade.
La presión en las ventas no es la única medida que adopta la aerolínea para presionar a su tripulación. Los ‘azafatos’ de la low cost han recibido también amenazas de despido o cambio de base por motivos como acumular cuatro bajas médicas justificadas.
El hecho de que sus contratos les sujeten a la legislación irlandesa deja especialmente vulnerables a los trabajadores de Ryanair en este aspecto, subrayan desde el sindicato Unión Sindical Obrera (USO). "A pesar de residir en España, cuando acumulan más de cuatro ausencias en un año, se les ordena pasar una revisión en Dublín por no considerar suficientemente válido el sistema sanitario español”, indica Ernesto Iglesias, responsable aéreo de USO, “y eso a pesar de que hablamos de hasta dos semanas de hospitalización certificada”.
El mal rendimiento en ventas o la acumulación de ausencias justificadas acarrea otra consecuencia además de la amenaza de traslado, denuncian desde el sindicato: la penalización paraliza la posibilidad de ascender.
Tripulación, sin miedo y rumbo a la huelga
No es la primera vez que se oyen las quejas de los trabajadores de Ryanair sobre las condiciones laborales que se les aplican. Pero esta vez, los tripulantes quieren que sea la definitiva. La convocatoria de huelga para los próximos 25 y 26 de julio es una muestra de ello. Piden que su contrato se sujete a la normativa española, no a la irlandesa, como ya pasa con el resto de aerolíneas extranjeras que operan en España, explica Adrián. "Es la única que opera con este modelo", asegura este tripulante con más de cinco años de experiencia en la compañía irlandesa y todavía sin un contrato directo que le garantice un salario base.
Como se vio en la conciliación celebrada en Madrid para tratar de frenar la huelga, "la compañía sigue sin querer negociar", apunta. "Siguen diciendo que los culpables de todo esto son los sindicatos. Quieren desconvocar la huelga, pero no lo van a conseguir", agrega el tripulante. ¿Y las amenazas de despido si se secunda la huelga? Ya no importan, asegura. Están casi acostumbrados a oír este tipo de insinuaciones. Los tripulantes "no tienen miedo", sostiene. "Veo a los compañeros de Ryanair menos preocupados, no vamos a echarnos atrás".
A la huelga están llamados alrededor de 4.000 de sus ‘azafatos’ en los cuatro países donde se realizará de forma simultánea: España, Portugal, Italia y Bélgica. Casi la mitad de ellos, 1.800 tripulantes, son españoles. Esta convocatoria coordinada pretende impedir que la irlandesa reviente la huelga como hizo en abril con los tripulantes portugueses al desplazar a personal español para cubrir las rutas afectadas.
Sólo en España se estima que el paro de 48 horas afectará a alrededor de 300.000 personas. La falta de iniciativa de Ryanair pone en manos del Ministerio de Fomento la fijación de los servicios mínimos para esos días. El sindicato USO afirma que no conocen bajo qué criterios se establecerán pero, teniendo en cuenta casos anteriores, ven posible que se otorgue prioridad a las conexiones con Baleares y Canarias.
Las ventas complementarias, un tercio de sus ingresos
En el último ejercicio, cerrado en marzo de este año, las ventas complementarias de Ryanair llegaron a los 2.000 millones de euros, un 28% de los ingresos totales de la aerolínea que cerraron el año en 7.151 millones. La cifra supone un avance de un 13% respecto al año anterior y un 4% más por pasajero, que en 2016 se situaba en torno a los 14 euros.
Los ingresos complementarios incluyen desde el cargo por equipaje, el embarque preferente, la elección de asientos o la venta -tanto de productos como de alimentos- durante el vuelo. También incluye los servicios como las reservas de hotel, seguros o alquiler de vehículos que la aerolínea ofrece durante la compra de un billete.
Según el reporte anual de la aerolínea, este crecimiento registrado en el último ejercicio se apoyó en el crecimiento del tráfico aéreo (9%) y en el aumento de reservas de asientos, embarque prioritario y reservas de coches, lo que sirvió para compensar una menor venta de seguros y reservas de hoteles.
La irlandesa tiene una meta, que estos ingresos lleguen al 30% en cinco años, un objetivo que se marcó en su plan estratégico que cerraría a finales de esta década. La perspectiva para este año es que estos ingresos sigan ganando relevancia, al igual que ocurre en los balances de otras aerolíneas, al tiempo que libran una batalla de bajos precios que les obliga a compensar los ingresos por otro lado para sostener la operación.
La aerolínea transportó a 130 millones de personas en 2017 y espera llegar a los 200 millones para 2024. Su apuesta para seguir aumentando estos ingresos complementarios pasa por llenar sus aviones en lugar de tratar de maximizar el ingreso por kilómetro volado, como buscan otras compañías, y así tener más oportunidad de vender productos durante el vuelo, señalan los expertos.