El BBVA ha tenido una jornada de respiro tras recuperarse en Bolsa este martes. Las acciones de la entidad presidida por Francisco González mejoraron un 1,48% deteniendo la sangría de los últimos diez días en los que ha llegado a perder más de 3.500 millones de su capitalización bursátil. Los vaivenes del segundo banco español siguen unidos a la crisis de la lira turca, donde la entidad es una de las más expuestas.
En la jornada del martes han logrado recuperar unos 500 millones de capitalización, no obstante el futuro inmediato es una incógnita. Los analistas creen que la volatilidad continuará -aunque los riesgos se encuentran acotados- por lo que la inestabilidad turca seguirá dando dolores de cabeza a una acción que ya ha perdido un 24% en lo que va de año y se ha dejado más de 10.000 millones desde enero.
Después de invertir casi 7.000 millones de euros en los últimos ocho años, BBVA controla casi el 50% del tercer banco turco, Garanti, con cuotas de mercado del 11% y el 12% de los depósitos y préstamos del sistema bancario turco. Según los cálculos de S&P, el banco español destaca como el único cuya exposición crediticia supera el 10% de la cartera de crédito consolidada.
Inestabilidad ligada a Turquía
Precisamente por su elevada exposición, las previsiones de los analistas auguran una inestabilidad ligada a la evolución de la economía turca. Si consideramos que, de momento, BBVA no manifestado oficialmente su intención de salir de este mercado, toca esperar, aguantar el chaparrón y confiar en la evolución de una crisis que, según los expertos, seguirá teniendo recorrido si no se toman medidas.
Standard & Poor's (S&P) redujo el lunes la calificación del BBVA desde Estable hasta Negativo. Mantiene su rating en A-, pero al reducir su perspectiva hasta Negativa indica que el siguiente cambio podría ser a la baja. Elude también a un probable aumento de la morosidad en este banco turco.
Para Bankinter, esta bajada en la calificación generará un “impacto negativo, aunque se trata de una medida esperada por el mercado y no supone ninguna sorpresa”. Esta entidad no ve problemas en la valoración, “pero sí en el timing de mercado por el flujo de noticias”, precisamente por el deterioro de la situación en Turquía.
Impacto en Europa
Por su parte, para JP Morgan el desplome de la lira y la situación límite del país otomano podrían costar al banco español un 6% del beneficio por acción, por las menores perspectivas de crecimiento y el esperado repunte de la morosidad. El recorte en el beneficio por acción en BBVA es mayor que el aplicado por JPMorgan en otras de las entidades como Unicredit, que se queda en el 2,4% y BNP Paribas, que se sitúa en el 2%.
En cualquier caso, S&P relativiza el impacto en el sector bancario europeo y en especial en entidades expuestas como BBVA, Unicredit, BNP Paribas, ING y HSBC. “El negocio y la ubicación geográfica de estos bancos, la diversidad y la flexibilidad financiera mitigan el daño que la exposición a Turquía podría causar a sus grupos. También observamos que las exposiciones generalmente están diversificadas en deudores soberanos, bancarios, corporativos y minoristas”.
No creen que los clientes locales de esos grupos europeos serán inmunes al aumento de los riesgos operativos en Turquía, en particular, al deterioro de la calidad de los activos y, por lo tanto, tendrán ganancias probablemente más débiles. Pese a ello, creen que no suponen un riesgo sistémico para los bancos europeos, en esta etapa, “dado que se concentran en una pequeño número de bancos grandes, internacionalmente diversificados”.
¿Seguirá el BBVA en Turquía?
Frente a esta situación todo apunta a que el BBVA resistirá en Turquía. La actual valoración del banco turco está muy alejada de la inversión realizada por el BBVA (7.000 millones), y muy lejana también de los 4.400 millones en los que la entidad azul valora en libros a su filial turca (es decir, lo que el banco calcula que podría obtener de una hipotética venta).
Además, BBVA también ha incrementado sus dotaciones en Turquía para minimizar los impagos crediticios hasta los 315 millones de euros en el primer semestre, lo que supone un 32% más respecto al año anterior, y el coste de riesgo aumenta hasta los 123 puntos básicos. Esto significa que con el actual panorama sale más caro salirse que quedarse, pese a los malos resultados bursátiles de las últimas semanas.
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