La acción de las tres grandes aerolíneas europeas cerraba este martes en rojo, hundida por el alza del precio del petróleo, que galopa hacia máximos anuales, y el encarecimiento del combustible que esto ocasionará. Desde el cierre del viernes, el crudo ha borrado 1.571,7 millones de la capitalización del holding IAG, Lufthansa y Air France-KLM.
La más perjudicada ha sido la aerolínea franco-holandesa, cuya acción ha perdido desde el viernes un 6,67%, hasta los 8,40 euros en que ha cerrado este martes. El valor de mercado de Air France ha caído en más de 256 millones desde el viernes.
Le sigue de cerca la alemana Lufthansa que, sólo el martes, se dejó un 5,21%, aunque desde el viernes las pérdidas suben a un 6,14%, situando sus títulos en 21,85 euros al cierre de la última sesión. Su capitalización, en tanto, ha pasado de unos 11.026 millones el pasado viernes a alrededor de 10.349 millones este martes.
En el caso de IAG, matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, acumula un 4% de pérdidas en el parqué desde el viernes. El golpe fuerte ha sido este martes, con una caída del 3,86% hasta los 7,38 euros en Madrid. En dos sesiones ha perdido casi 638 millones en Bolsa.
Vientos en contra para el sector
El 'petróleo caro' va a ser un quebradero de cabeza para las aerolíneas este año. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ya anticipaba en junio que este ejercicio será más complicado y preveía una caída del 11% en los beneficios de las grandes compañías, hasta los 33.800 millones de dólares, respecto a 2017. ¿La razón principal? El precio del combustible, su principal gasto. Este aumento en los gastos preocupa a los inversores y se deja notar en el mercado.
El barril de Brent superó este lunes la barrera de los 80 dólares, un valor que no había alcanzado desde noviembre de 2014, y la cotización ha vuelto a subir este martes, llegando casi a los 82 dólares por barril.
En un año, el precio del petróleo ha subido más de un 55% y la previsión es que siga subiendo. Según JP Morgan, "es previsible que llegue a los 90 dólares por barril" en los próximos meses debido a las sanciones impuestas a Irán por parte de Estados Unidos.
Para protegerse de los escenarios alcistas, las aerolíneas compran el combustible en el mercado de futuros y dejan cubiertas sus necesidades para una parte importante de cada ejercicio. Es decir, aprovechan un precio bajo del Brent para comprar el fuel necesario para, por ejemplo, seis de los doce meses de ejercicio.
Al tiempo, las aerolíneas firman contratos de cobertura con aseguradoras con una horquilla de precios concreta para el resto del combustible que necesiten. Si el barril de Brent sobrepasa el valor más alto de la horquilla, la aseguradora se hace cargo de la diferencia; si el precio cae por debajo del mínimo, se queda el excedente. El problema se presenta cuando, en un escenario alcista como el actual, las aerolíneas tienen que renegociar las coberturas para la compra de combustible para lo que queda de año.
En el caso de las grandes aerolíneas, su músculo financiero les permite salir del brete sin verse muy impactado. Pero las pequeñas, con menos capacidad para negociar las coberturas, quedan expuestas a los altos precios del petróleo. De hecho, desde IAG o Ryanair, anticipaban más quiebras de aerolíneas de cara al próximo invierno porque el petróleo caro “se llevará por delante” a las “débiles”.