Así me intentaron estafar buscando piso en Internet
- Los pisos 'fake' se suceden en las 'webs' de alquiler de viviendas a pesar de que las empresas trabajan para eliminarlos.
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Buscar piso para miles de personas se está convirtiendo un suplicio parecido al de pasar por el dentista. La poca oferta y la alta demanda están provocando que las viviendas de alquiler continúen en una incesante subida de precios,.
Por eso, los nuevos inquilinos buscan a toda costa el famoso ‘BBB’, el famoso bueno, bonito y barato. Y para alegría de ellos es habitual ver auténticas gangas en las webs más conocidas de búsqueda de vivienda. Pero rápidamente la sonrisa se torna en ceño fruncido al ver que algo no cuadra.
He decidido cambiar de piso. Y durante las últimas semanas me he puesto el mono de trabajo para poder conseguir algo en condiciones sin tener que hipotecar un riñón. Después de utilizar el ‘scroll’ del ratón en más ocasiones de las que me gustaría en las principales webs de búsqueda de nuevo hogar, cada cierto tiempo me encontraba con una suculenta oferta: un piso en pleno centro de Madrid con precios casi de risa. Idealista.com, fotocasa.com o enalquiler.com son algunos de los sites en los que se me ofrecían residencias en Chamberí, Moncloa o Goya por menos de 600 euros al mes en un piso de dos habitaciones.
Quien viva en la capital española o en Barcelona sabe que detrás de estas ofertas hay gato encerrado. En casi todos los casos se repite la misma historia. “Me puedes contactar directamente por Whatsapp para más detalles. El piso es exactamente como lo ves en las fotos”, se lee en uno de los anuncios. “Piso perfectamente equipado, a diez minutos de Gran Vía caminando y en una de las mejores zonas de Madrid”, apostilla otro.
Viendo este panorama resulta tentador contactar con el dueño del inmueble. Es lo lógico si quieres vivir en un barrio céntrico y ahorrarte un buen puñado de euros a fin de mes, no sin antes intuir que nada bueno puede salir una vez que has iniciado la conversación con tu posible casero.
De todas las ofertas con las que me encontré todas pedían que se hablase por whatsapp. Una vez que escribes el típico y socorrido “hola, estoy interesado en tu piso”, las alarmas se disparan. Las fotos de los perfiles de Whatsapp, son cuando menos, sospechosas. Típicas de familia rándom sonriente que en apenas cinco minutos rebuscando en Google la encuentras.
Pero lo peor llega cuando recibes la contestación al primer mensaje. Todos ellos suelen enviar fotos de la fabulosa morada. Piso amplio, bien amueblado, con mucha luz natural y todo tipo de lujos.
Más tarde viene un texto casi kilométrico en el que se explican las condiciones. En todos los Whatsapp que me enviaron los supuestos dueños de los inmuebles, el castellano dejaba mucho que desear y los argumentarios para visitar y las razones para visitar el piso eran surrealistas: personas que no viven en España y se encuentran en el extranjero porque son militares, porque tienen familia fuera y se han ido a disfrutar de la vida… una retahíla de excusas poco creíbles.
“El piso se puede ver sin problemas pero antes de todo tenemos que clarificar una cosas y tener la certeza que hablamos con la persona indicada. Nosotros vivimos en Grecia , y hace 1 mes hemos venido hasta allí para ensenar el piso a una familia que trabajaban en Bankia. Nos han enviado los contratos de trabajo con los extractos bancarios , tenían una cantidad muy grande de dinero ahorrada ... y bueno, hemos decidido viajar a enseñarlos el piso. Cuando hemos llegado , no han contestado más al teléfono, y nosotros hemos quedado 2 días allí. En total hemos gastado más de 800 euros en vuelos los gastos. Nunca nos va a pasar esta cosa otra vez. Queremos ser seguros”, se lee en uno de los mensajes recibidos
Y tanto que no va a volver a suceder. El bueno de Juan (así se hace llamar en Fotocasa) me pidió 900 euros (mes de alquiler y uno de fianza) antes de que cogiese el vuelo para enseñarme el pequeño palacio en pleno corazón de Madrid.
Debería acudir a un locutorio para hacer el giro de dinero y ponerlo a nombre de un familiar y una vez hecho el trato se cambiaría la titularidad a Juan. Eso sí, el destino debería ser Grecia (país en el que se supone que vive). Una vez que yo hubiese hecho el giro, debería mandar una foto con los datos para que él, supuestamente, tuviese la certeza de que voy en serio a por el piso.
El envío de esa instantánea hubiese sido la llave de las puertas del cielo a mi timador. ¿Por qué? El tener los datos de la referencia y poder cobrarse sólo en Grecia esta persona podría haberse quedado los 900 euros, y obviamente no pisar España. O tal vez sí porque, probablemente, el estafador viva en nuestro país y en Grecia estaba algún miembro de su red de estafa, práctica muy habitual en estos casos.
Este es sólo uno de los ejemplos que circulan por la red, pero existen otros muchos, en el que incluso salpican a empresas como Airbnb ya que se crean webs falsas con el logo de la compañía. “Los timadores utilizan nuestro nombre en los pisos de las páginas de alquiler de pisos. Con el argumentario que la operación monetaria se debe hacer a través de un representante de Airbnb ganan credibilidad porque da la sensación de seriedad, pero es falso. Nosotros no operamos de tal forma”, señalan desde la multinacional.
Pisos muy habituales en estas webs
Lamentablemente este tipo de prácticas están a la orden del día en las principales webs como Idealista o Fotocasa. Los dos sites son conscientes de las estafas que existen dentro de su oferta.
No obstante, ambas empresas señalan a este periódico que un departamento específico trabaja todos los días para eliminar este tipo de alquileres fraudulentos. “Al tratarse de redes organizadas es muy difícil conseguir bloquearles de forma definitiva, ya que disponen del tiempo e infraestructuras necesarias para crear cuentas de correo y obtener nuevas líneas telefónicas”, indican desde Idealista.
Como se ha mencionado anteriormente, los departamentos no logran llegar a revisar todos los pisos. En este sentido, desde Idealista argumentan que “hay que tener siempre prudencia ante situaciones poco comunes”.
Por su parte, Fotocasa indica que es básico “comparar los precios y condiciones de distintas páginas web. Los precios más bajos suelen ir ligados a una menor flexibilidad y a condiciones más reducidas. Desconfía de precios muy baratos y anuncios sin fotos”.
Por último, desde el departamento de Fraudes en Comercio Electrónico de la Policía Nacional indican que no es sencillo poder cerrar las cuentas debido a que “existen trabas administrativas para cerrar los correos electrónicos o investigar los whatsapp”. A su vez, señalan que estas redes organizadas también contactan con ‘mulas’ (personas que trabajan para ellos) lo que dificulta aún más las investigaciones.