Esta socimi es propiedad del inversor inmobiliario Alfonso López de Herrera-Oria, que también estuvo detrás de la salida a bolsa de Axiare, adquirida este año por Colonial en una transacción en la que la inmobiliaria catalana integró unos activos de 1.710 millones de euros.
Árima empleará los fondos de la ampliación, que consistirá en la colocación de hasta 30 millones de acciones nuevas a 10 euros por acción, en la inversión en centros o locales comerciales principalmente situados en el distrito financiero del centro de Madrid.
Rodex Asset Management, el vehículo de López de Herrera-Oria, verá diluida su participación a cerca del 2% de suscribirse toda la oferta, quedando el resto en manos de inversores institucionales.
El objetivo de la socimi, un tipo de sociedad inmobiliaria que goza de grandes ventajas fiscales y que está obligada repartir sus dividendos, es alcanzar una media de rentabilidad total para el accionista de entre el 12% y el 15%.
La salida a bolsa de Árima se produciría tras varias experiencias fallidas o agridulces este año, después de años de recalentón inmobiliario con la recuperación económica del país.
Entre las operaciones más recientes con final no tan feliz como el esperado estuvo la de Azora, cuya salida a bolsa finalmente no se consumó por falta de demanda, o Testa, que tuvo que rebajar sus expectativas y salir finalmente al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) antes de que Blackstone comprase la mayoría del capital a sus principales accionistas.
Antes, Metrovacesa tuvo que recortar la valoración con la que quería regresar al parqué español cinco años después, también por motivos de demanda.