La compañía, fundada por Luis Alfonso López de Herrera-Oria, a su vez fundador de la socimi Axiare (que acabó en manos de Colonial), saldrá a bolsa a 10 euros por acción.
Inicialmente, la compañía tenía previsto saltar al parqué el viernes 19, sin embargo, esta fecha se retrasó al lunes 22 y, posteriormente, al martes 23 tras prolongar el periodo de prospección de la demanda.
Además, aunque tenía como objetivo captar 300 millones, el pasado viernes la compañía rebajó a 100 millones el importe obtenido para su salida a bolsa, una circunstancia que pese a todo calificó de "éxito" si se tenían en cuenta los recientes acontecimientos internacionales, que se han traducido en una "enorme incertidumbre y volatilidad" en las plazas bursátiles nacionales e internacionales.
De hecho, la compañía tenía previsto salir a bolsa la misma semana en la que lo iba a hacer la petrolera Cepsa, que pospuso su regreso a la bolsa ante el actual estado de los mercados de valores internacionales.
A pesar de salir con un volumen más reducido, el plan estratégico de Árima se mantiene con la intención de alcanzar el tamaño objetivo original cuando haya una mayor estabilidad en los mercados de capital y una vez invertidos los fondos.
La compañía, que recibirá unos ingresos netos del orden de 96,5 millones de euros, ya avanzó que destinaría los fondos netos obtenidos a crear una cartera de activos inmobiliarios acorde a su estrategia y estructura de gasto y confiaba en tener invertido todo el capital entre 15 y 18 meses después a su admisión a cotización.
La compañía espera que la cartera de oficinas concentre entre el 80-90 % de los activos, enfocados en el centro de las ciudades, en las principales zonas de oficinas de Madrid y Barcelona y en los activos logísticos en los principales núcleos. EFECOM
csb/prb