“¡La que ha montado Pedro J.!” Creo que fue la frase que más escuché en los salones del Palace donde EL ESPAÑOL entregó los Premios Leones 2018, que coincidían con su tercer aniversario. Razón no faltaba a quien lo decía, porque yo que fui allí por aquello de cumplir y quedar bien con ‘los jefes’, y me encontré ‘con todo el mundo’: ministros, cuarto y mitad del Ibex, grandes empresarios, gente de la cultura, de la moda, del deporte… ¡Hasta Roberto Carlos! Mi gran amor de adolescencia (y ha ganado con los años, por cierto). A otras les gustaba Roberto Carlos el cantautor brasileño, a mí me gusta que mis hombres puedan correr la banda arriba y abajo, incansables.
Allí estaba yo, muy arreglada -incluso restaurada- para ver cómo se entregaban tres galardones, aunque el más destacado para mí fue el reconocimiento al todavía presidente de BBVA, Francisco González. Se jubila el 1 de enero, aunque sus consejeros dudan de que se vaya a ir a ver las obras como un jubilado más. “Algo hará, no sé si con emprendedores o el qué, pero quieto no va a estar” me decía uno de ellos mientras esperábamos en la sala VIP.
Una sala que inauguró el presidente de KPMG, Hilario Albarracín, el primero en llegar. Conocido por su puntualidad germánica, recibió uno a uno a todos los directivos que iban llegando y ayudó con su simpatía a romper el hielo. Aunque todo el mundo había sido ya convenientemente agasajado por Eva Fernández, consejera delegada de EL ESPAÑOL, a la entrada de un 'photocall' abarrotado de fotógrafos y de teles. Buen momento para recordar a la sociedad española que este joven pero ya muy influyente medio digital celebra también su entrada en Ebitda positivo. Algo en lo que el trabajo de Fernández ha sido crucial.
Pensaba yo que a lo mejor Albarracín estaba incómodo por la gran presencia de jugadores del Madrid que iban a apoyar a Sergio Ramos, otro de los premiados, porque Aes un Atlético convencido. Pero encontró apoyos rápido. Vamos, que algunos hasta estuvieron rememorando el partido de la Supercopa en Tallín donde ganaron a los blancos.
A la conversación se iba sumando gente: González-Páramo, del BBVA; el futuro presidente del banco, Carlos Torres; Julián Martínez-Simancas, secretario no consejero de Iberdrola… Y todavía más; Antonio Huertas, presidente de Mapfre; el de Telefónica, José María Álvarez-Pallete… Todos ellos estuvieron un rato muy animados charlando y felicitándose por la capacidad de convocatoria de Pedro J.
Algunos acababan de llegar de Mallorca, del congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), que la ministra Nadia Calviño había inaugurado por la mañana. Pero aunque estaban cansados se les veía contentos.
La conversación la interrumpió la llegada de Francisco González; el presidente del BBVA. Lo primero que hizo nada más llegar fue buscar a su hija Beatriz, fundadora del fondo Seaya Ventures, que le iba a entregar el galardón y a la que dio un emotivo abrazo.
Poco tiempo tuvo para estar con ella. Tiempo justo para un beso, un abrazo y un “¿cómo estás?”. El protocolo manda, así que lo siguiente fue saludar al resto de colegas y autoridades, incluyendo una gran palmada en la espalda con su sucesor al frente del banco. ¡Qué buen rollo tienen!, pensé para mis adentros. Fue muy comentada la larguísima entrevista que había publicado en fechas recientes EL ESPAÑOL con FG, especialmente el recuerdo a sus tiempos como programador de IBM.
Era una escena que no se ve tantas veces. Con la llegada de Florentino Pérez, allí estaba reunido el presente y el futuro del Ibex 35. Los líderes que tienen la responsabilidad de llevar a nuestras grandes multinacionales a cotas más altas de las que ya han logrado.
Me quedé con las ganas de saber de qué hablaban Florentino y González con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, porque se les veía muy animados. Un Ábalos que se encontró con el máximo responsable de Cabify para Europa, Mariano Silveyra, en un saludo aparentemente cordial pero en el que la tensión se podía palpar.
¿Podía esperarse otra cosa? Creo que no, ya que por la mañana se había aprobado el decreto contra las VTC, pero éstas habían logrado convencer a algunos grupos para que se tramite como proyecto de ley y así introducir enmiendas. ¿Empate? No lo sé, pero desde luego el sector está más que satisfecho con haberlo conseguido; aunque también el ministro respira tranquilo al haber logrado que las competencias pasen a las Comunidades.
El encuentro Tebas-Rubiales
Un día complicado para Ábalos, que lamentaba no haber podido viajar a Valencia hasta la capilla ardiente de Carmen Alborch, tal y como comentó en más de una ocasión.
Realmente el momento de más tensión fue la llegada de Luis Rubiales, el presidente de la Federación. Allí estaba ya Javier Tebas, el presidente de LaLiga. Eso sí, que nadie espere que hubiera sangre porque no la hubo. Saludo protocolario y poco más. Y eso que había expectación mediática por ver lo que ocurría entre ellos.
Tebas tuvo ocasión también de hablar con el CEO de Sportium, Alberto Eljarrat, que para algo la casa de apuestas es uno de los patrocinadores del torneo. (Eso me recuerda que tengo que mirar las apuestas para el Clásico, a ver si tengo suerte y puedo comprarme un Vuitton nuevo).
Beatriz González, Carlos Torres y Álvarez-Pallete fueron de los que más tardaron en abandonar la fiesta.
No sólo había empresarios, también se dieron cita la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; Margarita Robles, ministra de Defensa; Meritxell Batet, ministra de Política Territorial; Albert Rivera y Pablo Casado disputándose el centro derecha… En fin, que allí estaba ‘todo el mundo’ para ver a los Leones 2018.
En los corrillos, más allá de comentar el gran poder de convocatoria de EL ESPAÑOL, hubo tiempo para muchas cosas. Desde preguntarse qué pasará este fin de semana con el entrenador del Real Madrid, Julen Lopetegui, hasta que me contaran que Antonio Garamendi ya está pensando en cuál va a ser su núcleo duro cuando se ponga al frente de la CEOE.
Creo que no habrá grandes sorpresas: uno de sus mayores valedores, el presidente de la patronal madrileña, Juan Pablo Lázaro; y un -casi- recién llegado: Josep Sánchez-Llibre, que será escogido (salvo sorpresa) presidente de Foment del Treball, y que tendrá la difícil misión de trasladar el mensaje de unidad que Garamendi defiende (ahora desde Cepyme).
El Clásico en la sala VIP
La sala VIP tuvo un momento curioso cuando la nueva directiva del FC Barcelona, Marta Plana, que llevará el centro de Innovación y fue en listas con Unió en 2015, se presentó a Florentino Pérez. Y no hubo tensión pre Clásico. Al contrario, ambos recordaron con cariño el pasado político de Pérez con el Partido Reformista Democrático, muy cercano a la antigua CiU.
Otro de los que lo dio casi todo fue Xabier Fortes. El presentador de Los Desayunos de TVE estaba ahí como un clavo. “Estas horas no son para mí”, me reconocía, pero estuvo ahí estoico, aguantando. Y eso que tenía que levantarse a las 3 de la mañana. (Nota mental: nunca coger un trabajo que me obligue a esos madrugones; eso no es vida).
Tuve tiempo también para recordar mis viejos tiempos como dircom, porque estaban algunos y algunas de las que fueron colegas. Allí me encontré con Laura Gonzalvo, que se ha ido de Seur a Securitas hace nada, lo que le ha supuesto un fuerte incremento de cinco letras; Inés G.Paine y Susana Rodríguez, de Bankinter; María Luisa Melo, de Huawei y Sonia Rodríguez Mosquera, de Allianz. ¡Vaya equipazo que hacíamos!
¿Un león rojiblanco?
Estuvimos todas hablando también con Alejandro Kowalski, de Naturgy; Juan Emilio Maíllo, de Telefónica; Tomás Alonso de Samsung, que escoltó al encantador vicepresidente corporativo de Samsung, Celestino García. También con Josep Alfonso Caro, el dircom de AXA, y con Sara Blázquez, de Coca Cola (me faltó por ver a Pelayo Bezanilla, también de Coca Cola, que estaba por allí y entregaba un galardón).
Debían estar a gusto los invitados, comentando lo feliz que se ve a Pedro J. con su mujer, la abogada Cruz Sánchez de Lara, porque de allí no se movía casi nadie. Yo tenía los pies ya destrozados de tanto andar y de intercambiar tarjetas. Tengo una por aquí de Alejandro Hamlyn, el CEO de Hafesa. Al parecer es una empresa de productos petrolíferos y por lo que me contaron es un emprendedor hecho a sí mismo que empezó de cero con un préstamo bancario. Tendré que ir a visitarle a ver qué me cuenta y si consigo que pase a formar parte de mis clientes habituales.
Hamlyn fue de los últimos en marcharse, y se le vio confraternizando con los plumillas de El Español cuando estos salieron para celebrar el éxito de crítica y público. También se quedó casi hasta el final Beatriz González, que estuvo charlando, muy animada, con unos y con otros. Carlos Torres también se quedó un buen rato, igual que Pallete, que estuvo charlando con su buen amigo Rosauro Varo y con Mariano Silveyra (¿estarán pensando incorporar Cabify a Movistar Home?).
Casi seis horas después de haber llegado al Palace pude irme a mi casa a descansar. Muchas tarjetas, muchos reencuentros, y con varias conclusiones claras: el exitazo conseguido por EL ESPAÑOL; que tengo muchas visitas que hacer en las próximas semanas; y que me temo que Pedro J. va a tener que hacer de tripas corazón y buscar también un León rojiblanco o blaugrana de cara al cuarto aniversario. ¡Ahí es nada!