Una de las cuestiones que los responsables de Bombardier no se cansan de repetir cada vez que tienen ocasión es que, pese a que la matriz del constructor ferroviario sea canadiense, se sienten una empresa española. Un argumento que defienden esgrimiendo, entre otros datos, que un número muy importante de los trenes de la compañía tienen corazón (refiriéndose a la tracción) vizcaíno.
Y no les falta razón. Durante casi dos décadas, la factoría vizcaína de Bombardier, ubicada en Trápaga, diseña, gestiona y suministra sistemas de propulsión y tracción eléctrica para trenes que circulan por medio mundo. Algo que va a seguir sucediendo en los próximos años gracias a los últimos contratos internacionales ganados por la canadiense que darán carga de trabajo a la planta vasca.
En las últimas semanas, Bombardier ha anunciado que suministrará 19 trenes OMNEO Premium de dos pisos a la región de Hauts-de-France. Estos trenes operarán en las líneas de alta frecuencia París-Amiens y París-San Quintín-Maubeuge/Cambrai. Un forma parte del contrato de suministro de hasta 860 trenes de dos pisos a las regiones francesas y que está valorado en, aproximadamente, 256 millones de euros.
Del mismo modo, la canadiense se ha hecho dos contratos de Akiem, empresa de leasing de material rodante, para el suministro de 33 locomotoras. Ambos contratos están valorados conjuntamente en 112 millones de euros. La entrega de estas 33 locomotoras está prevista entre 2019 y 2021.
Historia de la planta
La planta de Trápaga tiene la virtud de que es capaz de producir cualquier tipo de aplicación ferroviaria en todos los rangos de potencia: sistemas de tracción para vehículos destinados en líneas generales (locomotoras, trenes de alta velocidad, trenes de grandes recorridos, regionales y cercanías) y transporte urbano (metros, monorraíles, tranvías y trolebuses).
Las actividades de Bombardier Transportation en el País Vasco, que comienzan en 2001, tienen su origen en la producción, principalmente bajo licencias de Alstom, Secheron y General Electric, de motores y aparellaje eléctrico para ferrocarriles, de las factorías de General Eléctrica Española en Galindo (1929) y Aguirena en Erandio (1951).
Hasta final del siglo XX, las divisiones Ferroviarias de estas compañías sufrieron varias transformaciones societarias, pasando a ser, sucesivamente, Cenemesa, Wesa, Conelec, ABB y Adtranz, mientras integraban las divisiones españolas de Brown Bovery y AEG.
En 1990, con la llegada de ABB, todas las actividades ferroviarias se concentran en la actual Fábrica de Trápaga, construida en 1960 por General Eléctrica Española.
Durante todos estos años, además, se amplía el alcance de suministro, y de tecnología de la firma, que hoy produce equipos electrónicos y eléctricos para propulsión de locomotoras, trenes de grandes y medias distancias, trenes de cercanías, metros y tranvías del transporte urbano, así como sistemas, equipos y componentes.
Arranque de la internacionalización
Hasta 2002 la facturación estaba dedicada 100% al mercado nacional, llevándose a cabo, en esa fecha, una transformación profunda de la fábrica, que incluye el rejuvenecimiento de plantilla, la modernización de los procesos e instalaciones, mejoras de calidad y productividad, así como una participación activa de nuestros ejecutivos en los centros globales de la multinacional.
Esta actividad internacional, además de la fabricación de equipos, incluye el liderazgo y la gestión de los proyectos, la ingeniería de sistemas y aplicación, así como la puesta en servicio de los sistemas suministrados.
Dirigida por Nieves Sáez-Barrenechea, la factoría cuenta con una plantilla cercana a los 200 trabajadores, siendo el 50% de ellos empleados permanentes universitarios y otro 50% menores de 40 años. Trápaga es una de las seis factorías de Bombardier dedicadas a propulsión y control, así como una pieza clave en la red mundial de fabricación de la división Bombardier Transportation.
Actualmente, la factoría de Bombardier en Trápaga es reconocida como uno de los centros de excelencia de fabricación del grupo más avanzados del mundo. Prácticamente el 90% de la fabricación de la planta de Trápaga en 2018 estuvo orientada al mercado exterior, fundamentalmente a Italia Oriente Medio, Francia, Alemania, Latinoamérica, etc.
En 2017 obtuvo una entrada de pedidos de 248 millones de euros, una venta de 77 millones de euros y una facturación de 75 millones de euros.
Principales proyectos
Desde Trápaga se suministran íntegramente los equipos de propulsión para el Zefiro, el tren de muy alta velocidad europeo realizado en colaboración con Hitachi Rail Italy que está diseñado para operar a velocidades máximas de 360 kilómetros por hora y que en ensayos ha alcanzado picos de velocidad de 400 kilómetros por hora.
Trápaga suministra en la actualidad los equipos de propulsión de 382 trenes OMNEO de doble piso con hasta 7 configuraciones diferentes, 40 de ellos en su versión Premium. Este pedido está valorado en unos 4.000 millones de euros y forma parte del contrato firmado en 2010 para el suministro de hasta 860 trenes de doble piso para las regiones francesas.
La planta española ha tenido además una importante participación en el proyecto del nuevo monorraíl Bombardier Innovia de la ciudad brasileña de São Paulo, suministrando los equipos de propulsión MITRAC. El pedido, que supone el diseño, suministro e instalación en São Paulo de un sistema de monorraíl de 24 kilómetros y 17 estaciones, cuenta con 54 trenes de siete coches (378 coches) con capacidad para transportar 48.000 pasajeros.
Trápaga también ha participado en el proyecto internacional del tren de alta velocidad que une las ciudades de Medina y La Meca, en Arabia Saudí, con el suministro de los sistemas de control de vehículo y todos los convertidores de Tracción.
Trápaga fabricará también los convertidores para las 17 nuevas locomotoras duales para New Jersey y los destinados a la modernización de la flota de las minas del norte de Suecia.
Del mismo modo la planta también exporta sistemas de propulsión para la renovación de 26 unidades del metro de São Paulo, Brasil; equipos de propulsión para más de 200 trolebuses de Venezuela y Ecuador; equipos de propulsión para 53 unidades de la Línea A, así como 18 unidades para la línea B del metro de Roma y equipos de propulsión para los trenes ligeros de México DF, Monterrey y Guadalajara, en el estado de Jalisco (México).
La factoría vizcaína también participa en el diseño de la nueva generación de convertidores para vehículos regionales Talent 3 de Bombardier cuya fabricación para el primer pedido con destino los ferrocarriles austriacos ÖBB.
Además, la planta asume el liderazgo técnico y ToT (transferencia de tecnología) en la fabricación del sistema de propulsión del primer monorraíl de Bombardier para el mercado asiático, en la ciudad china de Wuhu.
La planta de Trápaga es un claro ejemplo de como la apuesta por la alta velocidad en España actuó como efecto llamada para las empresas ferroviarias más punteras del mundo. Optar en su día por dotar a la red española de los sistemas más avanzados ha permitido que esas empresas no sólo vinieran a territorio español para fabricar los modelos que aquí vendían, sino que se han consolidado como emplazamientos clave para los concursos internacionales de empresas como Bombardier. Todo indica que seguirá siendo así durante los próximos años.