Las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia están sembrando el caos. Este grupo de protestantes está dañando, seriamente, uno de las principales fuentes de ingresos de la república: el turismo. Algunos hoteles, como son los de la cadena española Meliá, están sufriendo las consecuencias que esas protestas provocan en la llegada de viajeros. Y es que la ocupación de la principal hotelera de nuestro país ha caído a doble dígito respecto a 2017.
Francia fue uno de los países más visitados del mundo en 2017, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), y su capital, París, una de las 10 ciudades a las que viajaron más turistas. Teniendo en cuenta estos datos, todo parecía indicar que 2018 sería igual de fructífero, pero no. Las cuatro semanas de protestas que suman los 'chalecos amarillos' han ocasionado el desplome de la ocupación en los hoteles del centro de París. En el caso de Meliá, según fuentes de la hotelera, cayó un 24% y se situó en el entorno del 70%.
Se trata de unas cifras muy por debajo a las que tiene por costumbre registrar la cadena que preside Juan Gabriel Escarrer. Ésta esperaba cerrar 2018 con buenas perspectivas en el país vecino. Según se explica en los resultados del tercer trimestre, la empresa había experimentado un "excepcional momento de mercado" -la ocupación en ese periodo aumentó un 12% hasta el 82%- y esperaba que ese buen comportamiento continuase en el cuarto trimestre, para el que auguraba "un crecimiento a doble dígito".
Ante este escenario, es posible los planes de Meliá para finales de año no se cumplan. Según las fuentes consultadas, en los últimos días han percibido "una ralentización en el volumen de entrada de reservas diario". Y es que ese ritmo de reservas se situó en torno al 30%, tanto para el puente como para el resto del mes.
Esos son los datos de Meliá. Sobre las demás hoteleras españolas con presencia en Francia no se tiene información: en las oficinas de AC by Marriott no tienen datos y en NH no han atendido las llamadas.
Monumentos cerrados
Los denominados 'chalecos amarillos' suman ya cuatro semanas de protestas. Ante el temor de nuevos disturbios, la policía de París recomendó a tiendas y restaurantes de los Campos Elíseos (una de las zonas más transitadas de la ciudad tanto por turistas como por estos protestantes) cerrar durante el pasado sábado 8 de diciembre.
Y así fue. Ese día, la Torre Eiffel y el museo del Louvre, entre otros, permanecieron cerrados. Miles de turistas tenían entradas para subir a la Torre Eiffel y visitar algunos de los museos de la ciudad. Entre ellos, se encontraba una turista española que se vio obligada a cambiar el ticket para el día siguiente e irse al hotel a eso de las 18:00 horas. Y es que, según cuenta, no quería estar mucho en la calle ya que los chalecos amarillos se dirigían a la Plaza de la República y ésta se ubicaba a pocos metros de donde se alojaba.
Salvados por la competencia
La baja ocupación de los hoteles del centro contrasta con el aumento en el hotel Meliá París La Défense, que ha "rozado el lleno". Según las mismas fuentes de la cadena hotelera, un grupo de viajeros que se hospedaba en un hotel de la competencia en el centro de la ciudad se desvió a éste, a las afueras de París. Eso le permitió registrar una ocupación del 94%, "compensando holgadamente las pérdidas ocasionadas por las anulaciones".