El 25 de octubre, la Unión Europea y el Gobierno de Theresa May escenificaron la llegada a un preacuerdo que daba un colchón hasta finales de 2020 para escribir la letra pequeña del 'brexit'. Pese a que las declaraciones políticas rozaron la euforia, desde el mundo empresarial pronto se rebajó la ilusión: pocos confiaban en que la primera ministra británica fuera capaz de sacar adelante el pacto en su Parlamento.
A medidos de enero, la cámara de representación británica decidirá si finalmente rechaza este acuerdo. De no prosperar la propuesta de May, el 30 de marzo de 2019 Reino Unido no sólo dejará de facto de ser miembro de la Unión Europea: lo hará de la peor manera posible y dejando en la casilla de salida las relaciones comerciales entre ambos lados del Canal de la Mancha. Europa tendrá una relación más profunda con países como Marruecos que con el Reino Unido.
Desde que los británicos dieron su aprobación a esta medida en el referéndum celebrado hace dos años, han corrido chorros de tinta para intentar explicar las consecuencias del abandono del mercado único europeo del Reino Unido. Como siempre que se anda hacia lo desconocido -ningún país antes tomó la puerta de salida de la UE- las previsiones son diversas y matizables, depende desde el prisma que se miren.
El consenso dice que en un primer momento el impacto será malo a ambos lados del Canal de la Mancha, siendo sensiblemente más dañino en las islas. Los economistas esperan una inmediata contracción de la economía británica, así como una depreciación de la libra, dos cuestiones que se comenzarán a notar desde el día uno.
Otro de los factores más palpables será el regulatorio. De hecho, las relaciones comerciales empezarán desde cero y eso, en la práctica, va a significar que muchos negocios se pararán hasta que queden claras las nuevas reglas del juego.
Multinacionales españolas
Aunque es complicado cuantificar el impacto de esta decisión sin precedentes, algunos cálculos como los de FactSet señalan que 38.000 millones de ingresos de las compañías del Ibex 35 provienen del Reino Unido, más de un 7% de sus ingresos.
Al margen de las estimaciones en frío, el 'brexit' afectará de forma muy distinta a las multinacionales españolas dependiendo de su sector. Entre todos, el financiero será un buen termómetro para el resto. El Santander y el Sabadell tienen importantes posiciones en el territorio. El primero, a través de su filial Santander UK y el segundo, a través del TSB, su última adquisición, que tantos quebraderos de cabeza le ha dado.
La entidad encabezada por Ana Botín ha sido seguramente la que ha lanzado mensajes más claros sobre sus intenciones en el Reino Unido: pese a haber reconocido al regulador de la bolsa de Estados Unidos, la Comisión del Mercado de Valores (SEC), que el 'brexit' supone un "riesgo" para su negocio y que puede impactar "significativamente" en sus resultados, el Santander ha declarado seguir teniendo a este mercado como una de sus apuestas.
Una estrategia que parece muy similar a la del Sabadell. En palabras de Jaime Guardiola, consejero delegado de la entidad financiera, "va a provocar una presión sobre la economía británica a corto plazo, a medio plazo el país va a salir adelante". Para el mandatario, las muchas capacidades del Reino Unido lo siguen haciendo, a pesar del 'brexit', un mercado interesante.
Ferrovial e Iberia, a la expectativa
Desde que se conoció el resultado del referéndum, muchas de las miradas financieras españolas apuntaron a Ferrovial. Además de importantes contratos de infraestructuras y servicios, la compañía presidida por Rafael del Pino controla el 25% de Heathrow, el mayor aeropuerto de Reino Unido; y el 50% de los aeródromos de Glasgow, Southampton y Aberdeen.
Las decisiones de la empresa no tardaron en llegar. La compañía de construcción y servicios trasladó de Oxford a Ámsterdam la sede por la que controla su negocio fuera de España. El objetivo de esta decisión es mantener todas esas divisiones bajo normativa comunitaria. Pese a esta decisión, la apuesta del grupo por los activos que tiene en el Reino Unido es firme. En el caso de Heathrow se confía mucho en la llegada de la nueva pista, que ayudaría al desarrollo del aeropuerto.
Un aeropuerto en el que IAG, el conglomerado que incluye a Iberia, también tiene muchos intereses. En el caso de la compañía presidida por Antonio Vázquez, la incertidumbre viene por la regulación y es muy alta. La situación accionarial de la aerolínea podría traerle problemas.
Con un 'brexit' duro, los reguladores lo tendría mucho más fácil para interpretar que menos de la mitad de sus accionistas son europeos. El grupo se vería en un importante problema ya que modificaría totalmente las condiciones en las que trabaja hasta el momento en Europa y muchas de sus conexiones intercontinentales.
Del mismo modo, al no estar claras las relaciones comerciales y regulatorias post-'brexit', es difícil predecir en qué cuantía se verá afectada la corporación que controla Iberia.
Iberdrola, por su parte, ya se puso manos a la obra vendiendo sus centrales en el Reino Unido a Scottish Power Generation por 800 millones de euros. Esta decisión la convirtió en una empresa 100% renovable en suelo británico posición desde la que encarará los acontecimientos.
Para Telefónica, al ser el consumidor final su principal vía de ingresos, tanto una bajada de la libra como la pérdida de capacidad adquisitiva de los ciudadanos le afectaría mucho. Los 25 millones de clientes de O2 tienen un impacto importante en las cuentas de la empresa.
Por su parte, Inditex tiene en las calles de Londres 100 tiendas, entre las que destacan un número importante de sus escaparates más ilustres. El impacto por el deterioro de la situación económica sería 'limitado' si se compara con las otras 7.000 tiendas que tiene distribuido por todo el mundo. En cambio, para la española, el Reino Unido es un amplificador clave de su estrategia, sobre todo, para los mercado asiáticos.
En definitiva, la empresa española llega preparada a este momento pero con todas las alertas listas. Aún falta leer la letra pequeña del nuevo contrato.
Lo que debes saber
Qué: 'brexit'.
Quién: Reino Unido.
Cómo: con la salida de la Unión Europea.
Cuándo: 30 de marzo de 2019.
Dónde: Europa.
Por qué: sus promotores aseguran que la salida permitirá dejar de depender de las instituciones comunitarias, por tanto autonomía, y que ello no mermará la prosperidad.