El laboratorio biofarmacéutico estadounidense Bristol-Myers Squibb ha llegado a un acuerdo "definitivo" con Celgene Corporation para la compra de su rival en una operación valorada en 74.000 millones de dólares (65.230 millones de euros) que abonará en efectivo y acciones para la creación de una compañía líder en el sector, según informó la multinacional, que pretende cerrar la transacción en el tercer trimestre de 2019.
Según los términos del acuerdo, que aún debe someterse a la aprobación de los accionistas de ambas empresas, así como recibir la autorización de los reguladores, los accionistas de Celgene recibirán una acción de Bristol-Myers Squibb y 50 dólares en efectivo por cada uno de sus títulos, lo que implica una valoración de 102,43 dólares por cada acción de Celgene, un precio un 53,7% superior al marcado al cierre de ayer por los títulos de esta compañía en el Nasdaq.
Una vez cerrada la operación, los accionistas de Bristol-Myers Squibb controlarán aproximadamente el 69% del capital social de la compañía, mientras que los actuales propietarios de Celgene serán dueños del 31% restante.
Bristol-Myers Squibb calcula que la integración de Celgene permitirá contabilizar significativas sinergias de costes, que estima en unos 2.500 millones de dólares (2.203 millones de euros) para 2022, señalando que la transacción dará origen a una compañía biofarmacéutica líder centrada en responder a las necesidades de pacientes de cáncer, enfermedades inflamatorias e inmunológicas, así como cardiovasculares.
"Junto a Celgene, estamos creando un líder innovador en biofarmacia, con franquicias líderes y una amplia batería de productos que permitirán un crecimiento sostenible y brindar nuevas opciones a los pacientes", declaró Giovanni Caforio, presidente y consejero delegado de Bristol-Myers Squibb, subrayando que la fusión mejorará las posiciones de liderazgo, incluyendo áreas como el cáncer y la inmunología.
Por su parte, Mark Alles, presidente y consejero delegado de Celgene, indicó que la combinación con Bristol-Myers Squibb ofrece un valor sustancial e inmediato a los accionistas de la empresa, además de proporcionar una oportunidad significativa en las oportunidades de crecimiento a largo plazo generadas.