2019 se presenta como un año clave para el futuro de Renfe. Un ejercicio en el que la actual dirección quiere poner los cimientos sobre los que se erija una nueva compañía lista para competir en un contexto muy distinto al que ha operado desde su fundación.
Un cambio que según el actual presidente de la operadora, Isaías Táboas, va a ser mayor que el producido tras la llegada de la alta velocidad en 1992. Para ponerlo en marcha, el equipo directivo de la operadora presentará un nuevo plan estratégico durante su próximo consejo que se celebrará antes de que termine el mes.
Este plan recoge las claves para el periodo 2019-2023. Unos años en los que la operadora va a tener que realizar una profunda renovación para prepararse para la entrada de la competencia gracias a la liberalización del transporte de personas por ferrocarril prevista para diciembre de 2020.
Para la elaboración de este plan, Renfe ha buscado apoyos dentro y fuera de la casa. Por un lado, ha involucrado a empleados de las distintas divisiones clave tanto en lo que refiere a servicio como a la parte más técnica. Además, la operadora se ha apoyado en la consultora McKinsey.
Operador integral de movilidad y logística
El proyecto resultante tiene por objetivo convertir a Renfe en una empresa con un negocio que va a ir más allá del transporte de personas y mercancías por ferrocarril. La intención es convertirse en un operador integral de movilidad y logística.
Los objetivo de este plan se centran en tres pilares: foco en el cliente, eficiencia y seguridad e internacionalización. El primero de estos objetivos tiene por objetivo mejorar la experiencia integral del usuario cuando interactúe con Renfe en cualquiera de sus canales.
Una serie de mejoras que afectarán la experiencia del usuario antes del viaje, donde entre otras medidas la operadora iría a realizar una renovación profunda de su web, durante el viaje, pretende impulsar una serie de acciones para mejorar la conectividad y servicios a bordo, y después del viaje, el objetivo de la nueva Renfe es completar la experiencia más allá de sus trenes.
En este último punto destacan los planes para que los usuarios de Renfe puedan contratar dentro de su plataforma la totalidad de su viaje desde su origen a su destino final. Una apuesta por la intermodalidad que pretendería que un cliente de Renfe con un solo billete sea capaz de interactuar y trasladarse con servicios de movilidad urbana, tren, carsharing o taxis entre otros.
En lo que tiene que ver con la eficiencia, desde Renfe saben que, en materia de negocio, este va a ser el elemento clave para que la operadora potencie al máximo su rentabilidad en un contexto de liberalización. Pese a que la operadora contará con nuevo material rodante, la apertura de nuevas rutas y la llegada de nuevos operadores va a obligar a Renfe a exprimir su eficiencia para mejorar tarifas y servicios sacando el máximo provecho a sus recursos.
Internacionalización del negocio
Por último, la internacionalización en un nuevo contexto en el que el mercado ferroviario se va a abrir a la competencia en toda la Unión Europea, va a ser un pilar del que va a depender gran parte de las posibilidades de crear nuevo negocio.
Actualmente Renfe ya cuenta con una primera experiencia gracias al AVE a La Meca. Del mismo modo, está inmersa en la nueva línea de alta velocidad que unirá Dallas y Houston y acaba de entrar en el consorcio de la asiática MTR para la alta velocidad británica.
Unos primeros pasos que van a ser muy importantes de cara al futuro pero que no son más que la punta del iceberg de la estrategia de Renfe. Y es que si preocupa la posibilidad de que gigantes como la francesa SNCF o la alemana Deutsche Bahn entren a competir en España, la operadora también puede poner una pica en los mercados francés o alemán entre otros.
Una entrada que no se espera a corto plazo y que se realizará tras estudiar de forma profunda las oportunidades de negocio. Sin ir más lejos, esta semana Francia ya ha comenzado a abrir el proceso para que operadores además de la SNCF operen en las líneas entre Nantes y Lyon y Nantes y Burdeos. Unas rutas que tras un primer análisis parece no reúnen las características necesarias para que Renfe opte a operar en ellas.
Plan de empleo clave
Asociado a esta transformación Renfe prepara un nuevo plan de empleo que permita potenciar las capacidades de su plantilla. En este caso los dos principales ejes que va a mover este plan de empleo serán la rebaja de la edad media de la plantilla y la apuesta por hacer de Renfe una compañía más equilibrada en cuestiones de género.
La edad media actual de la plantilla de la operadora ferroviaria llega a los 52 años. El objetivo del plan de empleo será rejuvenecer el máximo posible la empresa. Del mismo modo, Renfe cuenta actualmente con un 10% de mujeres, algo que la actual dirección quiere revertir de la forma más profunda posible.
A estos dos elementos habría que añadir lo que tiene que ver con los perfiles técnicos. Pese a que desde Renfe siempre se pone en valor las capacidades técnicas de su plantilla en cuestiones operativas o de seguridad, el nuevo plan hará hincapié en perfiles técnicos y de profesionales del mundo de los datos entre otros para dotar a la empresa de nuevas capacidades.
Así las cosas a finales de este mes con la aprobación del nuevo plan estratégico de la operadora pondrá las bases para las próximas décadas. Unos años en los que el mercado va a mutar hasta parecerse bien poco al actual. Una transformación que Renfe aspira a realizar también internamente.