Cruzamos la puerta del edificio que alberga las oficinas de Housers y un olor a pintura fresca se nos viene encima. Al mismo tiempo, una taladradora comienza a sonar de forma atronadora. “Acabamos de mudarnos, es un coworking que se ha inaugurado hace nada y todavía lo están rematando”, nos dice amablemente la persona que nos recibe en la recepción.
Ataviado con un abrigo y una bufanda (muestra de que la modernidad y la amplitud del edificio no tiene en cuenta que una puerta enorme siempre abierta hace que el recepcionista se pele de frío) nos indica que subamos por una escalera hasta la segunda planta. Allí nos espera para comenzar la entrevista el CEO de Housers, Juan Antonio Balcázar, en una sala de reuniones que no parece haber vivido muchas reuniones.
Balcázar lleva apenas siete meses al frente de la plataforma de crowdfunding inmobiliario, y ya ha puesto en marcha su primer plan estratégico. Su llegada se producía tras la abrupta salida de uno de sus fundadores, Tono Brusola, tras descubrirse que había facturas impagadas por varios millones.
Los problemas del pasado
“Hubo un gasto en marketing descompensado durante 2017, cerca de un millón de euros”, explica. Una cifra que la empresa tenía que asumir y en la que había diferencias a la hora de afrontar cómo pagarlas entre Tono y el consejo de administración.
“Esas diferencias se extendían también al modelo que debía tener la empresa: seguir como un proyecto de real state puro o empezar a financiar otros productos”, relata. Así que esa dicotomía es, a su juicio, la que llevó a que el cofundador dejara el día a día y ahora esté intentando forzar su salida de la compañía mediante críticas a la gestión actual. Una situación que Balcázar zanja contundemente: “yo no lo conozco, pero creo que debería centrarse en su proyecto”.
Las críticas vertidas por Brusola son vistas también por el CEO de Housers como una fórmula de presión ante la ampliación de capital que se lleva a cabo en este momento. Cree que busca obtener el mejor precio, ahora que la empresa está buscando cuatro millones de euros en capital para financiar su nuevo plan estratégico hasta 2023. Conlleva la expansión a casi una decena de países en todo el mundo, desde Europa a Latinoamérica, pasando por Asia y Oceanía.
El plan de futuro
“Tenemos una marca potente que lo hace posible”, dice Balcázar, quien pretende pasar de los 35 millones de euros de inversión logrados en 2018 a más de 310 millones de euros en 2023 y 650.000 usuarios registrados frente a los 100.000 que tiene actualmente la plataforma.
La salida al exterior no será fácil por la presión regulatoria. Así que, para poder adaptarse de forma sencilla a todas las regulaciones, Housers contempla distintas fórmulas de crecimiento. Desde aperturas propias en Europa a la posibilidad de buscar joint-ventures o, incluso, franquicias.
“Esto nos va a permitir diversificar la compañía en distintos mercados”, explica, para después añadir que habrá tres tipos de países: aquellos en donde tenga inmuebles; aquellos donde sólo haya inversores (que podrán invertir en todo el mundo) y países en donde haya una combinación de ambos. “De este modo minimizamos el riesgo y la exposición a los ciclos de la economía”.
Actualmente la empresa tiene presencia en España, Portugal (donde obtendrá en breve la licencia) e Italia. Aunque sus inversores son de más de 45 nacionalidades diferentes.
¿Qué es?
El objetivo de Housers es ayudar a los ciudadanos a invertir en el sector inmobiliario. Mediante crowdfunding los invernares contribuyen a financiar a los propietarios de las viviendas o inmuebles, que ofrecen una rentabilidad. ¿Cómo la devuelven? Mediante lo que obtienen de la venta o el alquiler de los mismos.
También ayudan a financiar a promotores inmobiliarios, a quienes ayudan a obtener obra nueva y que devuelven la rentabilidad de lo que consiguen con la actividad de la promoción de las viviendas.
Balcázar nos explica que tienen dos mercados. Por un lado, el de los inversores “a quienes ayudamos a diversificar su inversión y minimizar el riesgo. Si no fuera por nosotros, tener una cartera inmobiliaria extensa sería imposible salvo que tengas mucho dinero”.
El otro mercado en el que se mueve Housers es el de la promoción inmobiliaria. “Ofrecemos una financiación alternativa y complementaria a la bancaria, pero siempre con garantías”, insiste. Eso sí, deja claro que “esto es una inversión y, como tal, siempre puede haber riesgos de perder todo el dinero invertido”.
A juicio de Balcázar, Housers está preparada para ser “fuente de financiación inmobiliaria cuando venga un mal ciclo”, ya que al tratarse de inversiones colectivas -y con una gran dispersión geográfica- “no está tan claro que nos vayan a afectar los ciclos”.