El próximo 2 de marzo se cumplirán 50 años del primer vuelo de un Concorde. El histórico avión comercial realizó un vuelo de prueba durante 29 minutos. Ese día se convirtió en el primer avión supersónico (superaba los 2.000 kilómetros por hora, más del doble que cualquier avión actual) concebido para la aviación comercial.
Lo que nació como una de las hazañas más significativas de la ingeniería aeronáutica terminó por secarse de golpe. Tras operar de forma regular entre 1976 y 2003 esta aeronave cayó en el ostracismo. ¿La razón? Su consumo de combustible era inasumible para las aerolíneas que operaban rutas con este avión.
Al mal desempeño económico se sumaron varios incidentes trágicos. El último de ellos tuvo lugar el 25 de julio del año 2000, causó la muerte de 100 pasajeros y marcó el camino a los hangares definitivo para estas aeronaves.
En estos casi 20 años la aviación supersónica aplicada a vuelos comerciales ha conseguido un aura mitológica. Regularmente los constructores aeronáuticos anunciaban planes para revivir la experiencia del Concorde. Airbus y Boeing nunca han descartado la posibilidad pero, del mismo modo, sus acciones en este campo han sido tibias.
Nueva era supersónica
Hoy, casi medio siglo después de ese primer vuelo en Toulouse, todo apunta a que estamos en los albores de una nueva era supersónica que, además, estará protagonizada por nuevos y jóvenes contendientes.
Esta misma semana, Boeing hizo oficial su entrada en el accionariado de Aerion, una compañía con sede en Nevada, Estados Unidos, que está trabajando en la nueva generación de aviones supersónicos.
El constructor aeronáutico estadounidense proporcionará recursos en ingeniería, fabricación y pruebas de vuelo para llevar el reactor ejecutivo 'AS2' de Aerion al mercado.
Este avión está diseñado para volar a velocidades de aproximadamente 1.600 kilómetros por hora. El 'AS2' promete ahorrar unas tres horas en un vuelo transatlántico a la vez que promete cumplir los requisitos de desempeño medioambiental. Está previsto que el avión realice su primer vuelo de prueba en 2023.
Aerión no está sola en esta carrera. Boom Supersonic tiene en desarrollo su modelo 'Overture'. Este modelo también tiene proyectado alcanzar velocidades que multipliquen por dos la velocidad del sonido. En este caso su capacidad sería de 55 pasajeros y tendría un alcance de más de 8.300 kilómetros.
Se espera que un prototipo de este avión realice su primer vuelo de prueba a finales de este año. La aeronave tendrá un asiento de clase ejecutiva a cada lado del pasillo, de modo que cada pasajero tendrá acceso tanto a la ventana como al pasillo.
Esta iniciativa, que promete unir Nueva York y Londres en poco más de tres horas, ha recibido el apoyo económico de la mujer de Steve Jobs, entre otros, y ya cuenta con pedidos de varias aerolíneas. Virgin Galactic y Japan Airlines han pre-ordenado 30 aviones 'Overture'.
Dos compañías enfilan ya la pista de despegue para una nueva era supersónica. El éxito de ambos proyectos modificaría las actuales reglas del juego aeronáutico gracias a la puesta en marcha de una nueva categoría de producto que, seguramente, hace 50 años llegó demasiado pronto, pero que, de tener éxito, marcará el futuro del transporte aéreo.