Grupo BBVA ha emitido el primer bono verde estructurado utilizando tecnología ‘blockchain’ para la negociación de sus términos y condiciones. Se trata de una colocación privada en la que MAPFRE ha invertido 35 millones de euros a un plazo de 6 años, y cuya rentabilidad está ligada a la evolución del tipo ‘swap‘ del euro a 5 años.
Los bonos estructurados son activos negociables con un vencimiento determinado y una rentabilidad ligada al comportamiento de un tipo de interés, acción, índice o tipo de cambio diseñado según las necesidades de rentabilidad, plazos y riesgos del inversor, en este caso MAPFRE.
Esta colocación “contribuye a diversificar la cartera de inversiones de MAPFRE, y lo hace mediante un producto innovador y sostenible, dos atributos que están plenamente identificados con la política de inversiones de la empresa”, explica José Luis Jiménez, Chief Investment Officer de MAPFRE.
Una de las particularidades de esta operación -pionera en el mercado- es su doble carácter sostenible y tecnológico. Por un lado, los fondos son destinados a financiar proyectos verdes bajo el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de BBVA. De este modo, el bono ha sido calificado como verde conforme a la ‘Second Party Opinion’ emitida por DNV GL, entidad de certificación líder a nivel mundial. Por el otro, la negociación de los términos de la emisión del bono se ha realizado a través de la plataforma de ‘blockchain’ desarrollada internamente en BBVA.
“Con esta operación BBVA reafirma su sólido compromiso con la financiación sostenible así como su apuesta para las nuevas tecnologías. Además, la aplicación de la tecnología DLT en esta transacción nos ha permitido simplificar los procesos y agilizar los tiempos de negociación de cara a buscar la excelencia en el servicio al cliente”, comenta Juan Garat, Head of Global Sales de BBVA.
Tecnología al servicio de los mercados globales
El uso de esta plataforma permite una serie de ventajas. Por un lado, facilita el acceso a todos los participantes que intervienen en la operación. La tecnología DLT permite reducir los tiempos de emisión y asegurar la trazabilidad e inmutabilidad de las negociaciones y acuerdos alcanzados, las cuales facilitan que se pueda acreditar el cumplimiento de la normativa aplicable.
Por otro lado, el uso de la plataforma permite que el cliente elija entre multitud de opciones de configuración del producto, proporcionando al cliente una gran flexibilidad a la hora de diseñar el bono que más se adapte a sus necesidades.
Además de ello, esta tecnología cubre desde los productos más sencillos a los más complejos, permitiendo la creación de un autoservicio en el que los inversores que conocen el producto en el que quieren invertir ahorran tiempo y esfuerzos al limitar la definición de las distintas variables. Para aquellos que buscan soluciones de inversión, esta herramienta les permite explorar nuevos productos de forma sencilla y rápida.
Se trata de un proceso enteramente digital donde la negociación de la estructura y precios, así como la generación de la documentación de los bonos, se encuentran bajo una misma herramienta.