A río revuelto, ganancia de pescadores. Mapfre ha remitido una carta a Caser en la que le informa de su interés en hacerse con una participación mayoritaria, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La aseguradora presidida por Antonio Huertas ha comunicado su interés, siempre y cuando, el resultado de una posible operación termine con la toma de control de Mapfre sobre Caser. En ningún caso, Mapfre estaría interesada en tomar una posición que no le garantizara hacerse con las riendas del negocio de Caser. Mapfre ha preferido no hacer declaraciones y remitirse al comunicado presentado en la CNMV.
La operación se presenta extremandamente compleja en un principio por varios factores. El primero de todos tiene que ver con la atomización del accionariado de Caser. Actualmente, distintas entidades financieras con intereses muy diversos en el sector asegurador, tienen diferentes participaciones en Caser. Covea, Bankia, Ibercaja, Liberbank, CaixaBank, Abanca, Unicaja, Sabadell, Cecabank y BBVA conviven en el accionariado de la aseguradora.
Algunas de ellas habrían mostrado interés en salir de Caser debido a que su presencia en esta compañía viene heredada de operaciones de concentración llevadas a cabo en el pasado en el sector bancario. Ahora habrían visto un buen momento para liquidar o reducir su posición en el accionariado de la aseguradora.
Esta operación sale a la luz en medio del interés mostrado por Abanca en lanzar una OPA sobre Liberbank. Una operación que, a su vez, coincide con el proyecto de fusión anunciado entre Unicaja y Liberbank.
En lo que tiene que ver puramente con el negocio, Caser tiene algunos elementos que encajan con la estrategia de Mapfre. El principal de ellos tiene que ver con el peso del segmento de vida en Caser, que durante 2017 supuso primas por valor de más de 600 millones de euros.
Otro de los elementos que encajaría en la estrategia de Mapfre es que los seguros de salud suponían en 2017 el 8% del negocio de Caser. Tanto las ramas de vida como de salud son dos segmentos del negocio asegurador en los que Mapfre tiene un fuerte interés en crecer.
Piezas que no encajan en la operación
Al margen de la complejidad accionarial de Caser, hay una serie de piezas que complican la operación. La primera de ellas tiene que ver con la plantilla. Caser cuenta con 3.000 trabajadores en España, que tendrían muy complicado integrarse con la actual plantilla de Mapfre.
Del mismo modo, en el ámbito de la salud, Caser tiene presencia en hospitales y residencias. Mapfre abandonó estos negocios hace años y no tiene ningún interés en ellos. Por lo que la operación, muy probablemente, obligaría a desprenderse de ellos.
Por último, la integración técnica se presenta muy compleja. Un elemento muy importante a la hora de que Mapfre decida hacerse con el control de Caser e integrarla totalmente en su negocio.
En este contexto desde el sector apuntan a que, pese el comunicado a la CNMV, estamos ante una operación que se puede alargar en el tiempo y en la que va a comenzar un proceso de contactos con los distintos inversores de Caser.
La gran incógnita gira sobre Covea, el principal accionista de Caser que controla un 20% de la aseguradora. El grupo francés ha realizado una serie de operaciones en su país que no habría reportado los resultados esperados y podría ver con buenos ojos esta operación para conseguir ingresos.
En lo referente al precio de la operación, hace un par de años el negocio de Caser llegó a estar valorado en unos 1.000 millones. Fuentes del sector indican que actualmente habría decrecido algo esta valoración y que, existiría la posibilidad de que Mapfre no necesitara hacerse con el control del 100% del accionariado en el caso de que algunos accionistas no quisieran salir o solo se conformasen con reducir su paricipación.
Así las cosas, todo parece indicar que no estamos ante una operación que se vaya a cerrar de forma inminente. El futuro de lo que pase con Liberbank marcará totalmente si, finalmente, Mapfre se hace con el control de Caser.