Podo es una de las comercializadoras independientes que tratan de arrebatar terreno a Endesa, Iberdrola, Naturgy o EDP. Como otros operadores, la madrileña está en eso; en intentar arañar clientes con su oferta de luz y, desde que se alió con Galp, de gas.
En concreto, fue el pasado marzo cuando la petrolera portuguesa se hizo con un 25% de Podo, fundada por los ex Ono Eugenio Galdón y Joaquín Coronado, y se convirtió en suministrador a largo de plazo de gas. Hasta entonces, Podo, nacida en 2016, solo comercializaba electricidad. Ahora, ofrecen un producto combinado que, según sus cálculos, les permitirá seguir creciendo, llegando a más clientes con una oferta más completa.
El acuerdo con Galp les permitió acceder a precios de KW por gas "muy competitivos", cuenta a este periódico Jorge Capilla, director general de la compañía, que apunta: "A las pequeñas se les hace imposible". Para Capilla, la multienergía es "imparable".
Y aseguran que poco a poco van levantando el vuelo. Según los datos que maneja la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC), en el último trimestre de 2018 las comercializadoras independientes se llevaron a uno de cada cuatro clientes que cambian de compañía eléctrica. En 2019, esperan llegar a los dos millones de clientes, alcanzando así cerca del 11% de la cuota en el mercado de baja tensión.
Cabe destacar que, aunque el mercado está liberalizado desde hace más de 10 años, fue a partir de 2014 cuando comercializadoras independientes comenzaron a captar clientes con fuerza.
"La gente no entiende la factura"
Dice el director general de Podo que la luz es un "producto cautivo", lo que ha creado lo que a sus ojos es un problema evidente: "La gente no entiende la factura de la luz". Con unos 30.000 clientes, conseguidos en tres años, esta comercializadora independiente encuentra uno de sus fuertes en la forma en la que se comunica con sus ellos.
"Reciben la factura el día 1 y pasa el día 7 por el banco", explica Capilla, que insiste en que clave está en la "personalización" del servicio: "Hacemos un estudio y les recomendamos una potencia determinada, la optimizada", cuenta.
Además, se nutren de los datos de consumo por barrios. "Le decimos al cliente cuánto consumen sus vecinos, para que vea la comparación", explica Capilla, que dirige a un equipo de 15 personas.
Cada trimestre, los clientes de Podo reciben el "informe de eficiencia energética", una suerte de análisis del consumo en el que la compañía detalla al cliente cuál es su consumo, cuál es el consumo de los clientes parecidos a él, y de qué manera podría ahorrar en la factura. "Somos racionales, analíticos, pero al servicio del cliente. Tenemos un sistema que revisa periódicamente todas las facturas", dice el director general de Podo, una compañía nativamente digital.
Presumen en Podo de estar captando unos 200 clientes nuevos al día. Según sus cálculos, a finales de año tendrá entre 50.000 y 60.000 clientes. "Personalizamos las recomendaciones según qué está pasando en cada casa", resume Capilla, que encuentra en Madrid y Barcelona sus puntos más fuertes de clientes. "También son zonas dinámicas Levante y Sur, sobre todo Valencia, Málaga, Sevilla...", cuenta.
¿Les veremos, como a Holaluz, ganando un megacontrato público? "No descartamos presentarnos, pero queremos consolidar este crecimiento", concluye Capilla.