Se trata de un paquete de medidas que está en el aire, con las elecciones del 28 de abril en el horizonte, pero "da una idea" de cómo el mercado eléctrico español podría evolucionar en los próximos años. Así habla Morgan Stanley del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que el ministerio que preside Teresa Ribera envió a Bruselas el pasado viernes.
Un plan que, aunque es tan solo un borrador, establece el modo en el que España alcanzará la meta de reducir las emisiones un 20% en 2030 respecto a 1990. El sector eléctrico, recuerda el banco de inversión, debería reducir las emisiones en un 70% en la próxima década. Así, el PNIEC marcará el camino de la transición energética. Se trata, en definitiva, de trabajar en el proceso de descarbonización cediendo mayor protagonismo a las renovables en el mix energético y minimizando progresivamente la presencia del carbón y la energía nuclear.
En un informe publicado este viernes, el banco de inversión insiste en las implicaciones que este nuevo camino puede suponer para Iberdrola o Endesa, por ejemplo. En concreto, Morgan Stanely destaca que el plan de Ribera tiene más implicaciones a largo plazo que a corto plazo.
No obstante, no a todas las compañías les afectará igual. Según estos analistas, el balance de riesgo parece atractivo para la compañía que preside Ignacio Sánchez-Galán, gracias a ser el "líder" en el desarrollo de energías renovables.
Para Endesa, por otro lado, ven un "escenario mixto". Señala aquí Morgan Stanley que el hecho de que las nucleares vayan a alargar su vida más allá de 40 años, como demandaba la eléctrica que dirige José Bogas, es positivo para la compañía, puesto que hay una oportunidad "para crear valor" a través de la gestión y nuevas energías renovables, aunque reconoce que asegurar los márgenes puede resultar un desafío.
Un desafío a largo plazo
Para el banco, el incremento en el desarrollo de la red eléctrica es positivo, pero a muy largo plazo. Quien se enfrentará a mayores desafíos a corto plazo, dice Morgan Stanley, es Red Eléctrica.
No obstante, con los nuevos operadores que podrían querer entrar en el sector o la revisión de Enresa sobre cuánto costará el desmantelamiento de las nucleares podría dar como resultado un coste "más alto de lo que anticipamos", dice el banco. Asimismo, el resultado de las elecciones del 28 de abril podría producir cambios en el plan que se ha enviado a Bruselas.
No ignora Morgan Stanley que la capacidad de suministro podría ser un problema, "especialmente después de 2025". Así, aunque se da por hecho que el carbón no estará en el mix en 2030, el banco indica que su falta de competitividad podría obligar a las compañías a cerrar las plantas antes de entonces.
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