Las marcas del supermercado suponen un 7,4% del PIB español, un crecimiento del 1% desde 2008. Una aportación que multiplica por cuatro la de las marcas blancas que se queda en el 1,8 %. Sin embargo, si se restan las exportaciones, las grandes marcas han pasado de ser el 5,1% del PIB español a ser el 4,6% en 2017.
Según el estudio Impacto Económico y Social de las marcas de Fabricante en el sector de Gran Consumo en España, elaborado por EsadeCreapolis para la asociación Promarca, éstas se han recuperado de los estragos de la crisis gracias a las exportaciones y al sector de la restauración.
Gracias a hoteles y restaurantes, sus ventas crecieron un 6,2% entre 2014 y 2017, aunque perdieron 562 millones de euros en valor añadido entre 2008 y 2017. En el caso de las exportaciones, las grandes marcas suponen el 91% de las ventas de alimentos y bebidas y en 2017 alcanzaron los 28.138 millones de euros.
No obstante, el informe revela que en el mercado del Gran Consumo el papel de las marcas perdió relevancia, pasando del 67,2% en 2008 al 61% 2017.
Y es que la apuesta de los supermercados por las marcas blancas ha relegado a las marcas del fabricante a unas peores cifras. Según el Estudio Surtido Esade Brand Institute de 2014, las marcas perdieron un 9% de presencia en el mercado entre 2007 y 2013. En el lado contrario, las marcas blancas aumentaron su presencia un 15% en el mismo periodo.
Empleo e innovaciones
Las marcas sacan pecho en creación de empleo y el informe señala que generan más de un millón de puestos de trabajo. Entre 2008 y 2017 el sector creó 1.147.000 empleos y el de las marcas blancas 373.000.
La innovación es una de las perjudicadas por la crisis y es que la I+D descendió un 32% entre 2008 y 2016 y aunque creció un 5,7% en el periodo entre 2014 y 2016 todavía no está al nivel precrisis. En el año 2010 se lanzaron al mercado 156 innovaciones en Gran Consumo, una cifra que descendió hasta las 108 en 2014 y que tocó suelo en 2017 con 106.
Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, señaló en la presentación del Informe que “la I+D es la gran asignatura pendiente porque no tiene efecto a corto plazo, pero a largo plazo la innovación es crucial”. En esta línea, Larracoechea pidió “a la distribución que metiera las marcas que innovan y sus productos en sus cadenas", ya que considera que la reducida presencia de las innovaciones en los lineales complica que las marcas apuesten por nuevos productos.