La sostenibilidad se ha convertido en un factor clave para las grandes empresas españolas. No es para menos. Las ‘buenas prácticas’ medioambientales y de gobierno corporativo se han convertido en un requisito indispensable para atraer el interés de los inversores, especialmente los institucionales. De hecho, muchos fondos y gestoras ya limitan por mandato su universo de inversión a compañías que cumplan con ciertos requisitos socialmente responsables.
La tendencia va más allá de los grandes jugadores del mercado. Según un reciente informe de Allianz Global Investors, el 89% de inversores minoristas españoles está interesado en inversiones relacionadas con la sostenibilidad y el 74% invertiría sin dudarlo en fondos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, si su asesor así se lo propusiese.
Las cotizadas españolas lo saben y están dispuestas a dar un impulso a sus objetivos verdes, no solo para atraer nuevos inversores, sino también para mejorar su reputación. El interés es tal que, según un informe de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, el 80% de las empresas del Ibex 35 ya integran los ODS en sus memorias de sostenibilidad. Incluso muchas incluyen en sus cuentas de resultados anuales datos concretos de, por ejemplo, objetivos de reducción de emisiones de CO2, la evolución del consumo de energía o del gasto de papel.
FINANCIACIÓN SOSTENIBLE
En este escenario, la financiación sostenible a través de los bonos y préstamos verdes se ha convertido en la mejora aliada de los compromisos de las cotizadas. Iberdrola se convirtió en 2014 en la primera empresa en España en lanzar una emisión de bonos verdes. Desde entonces, acumula emisiones con un valor nominal de casi 9.000 millones de euros que se invertirán principalmente en proyectos renovables, según el último informe de sostenibilidad de la compañía. Dentro de estas operaciones existen emisiones públicas, privadas, senior o de bonos híbridos, también lanzados a través de alguna filial como Avangred. La última operación de la multinacional se registró en febrero, con una emisión de bonos híbridos verdes por valor de 800 millones de euros.
"Telefónica y BBVA lideran la apuesta de las empresas fuera del sector energético que han apostado por los bonos verdes"
Repsol, REE o Naturgy también han entrado de lleno en este mercado. Pero, más allá de las energéticas, sorprende los pasos dados por compañías que están, en principio, no está tan relacionado con el medio ambiente como las energéticas. Es el caso de Telefónica, que el 28 de enero se convirtió en la primera 'teleco' de Europa en emitir un bono verde, por valor de 1.000 millones de euros. La demanda fue incontestable, superior a los 5.400 millones.
Estas operaciones de financiación sostenible son, además, otra forma de marcar la diferencia respecto a los competidores de un mismo sector. Y esta idea ha calado especialmente entre los bancos, que esperan nuevas emisiones después de que BBVA se haya posicionado como líder en este segmento dentro de la industria.
La entidad se convirtió a principios de año en el primer banco español con una emisión de 1.000 millones de euros en bonos verdes. En tan solo tres horas, el libro de órdenes superó los 3.000 millones de euros. Hace unos días, estructuró junto con Banco Santander el primer préstamo sostenible en formato RCF (revolving credit facility) en el sector hotelero en España. La línea de crédito, formalizada con Meliá Hotels International por importe de 65 millones, es parte del plan Compromiso 2025 de la entidad, por el que movilizará 100.000 millones de euros hasta 2025 en financiación verde, infraestructuras sostenibles, emprendimiento social e inclusión financiera.
GIRO EN EL DISCURSO PARA GANAR EN REPUTACIÓN
El interés del banco por liderar estos movimientos ha llegado a tal punto que el presidente de la entidad, Carlos Torres, ha cambiado el discurso del “somos una empresa tecnológica” que ha guiado su estrategia en los últimos años al “somos líderes en finanzas sostenibles”. El giro coincide con un difícil momento reputacional para el banco, por su posible implicación en las escuchas ilegales del ‘caso Villarejo’.
El resto del sector ha recogido el guante y desde la Asociación de Banca Española (AEB) destacan la puesta en marcha de los Principios de Banca Responsable aprobados en noviembre dentro de Naciones Unidas. El sector ya cuenta con un Centro Financiero para la Sostenibilidad en España “cuyo objetivo es acelerar el cumplimiento de los compromisos financieros ligados a los ODS a través de propuestas de valor para la economía”, indican desde la AEB. “El papel de los bancos en este momento es clave, impulsando y canalizando la financiación que sus clientes precisan para desarrollar actividades sostenibles”, añaden.
El crecimiento de las finanzas verdes es imparable. Según cálculos de Bank of America Merrill Lycnh, el mercado de bonos y de préstamos verdes superará el billón de dólares en todo el mundo. Un reciente informe de Dealogic indica que España fue en 2017 el cuarto país del mundo en este tipo de emisiones, con un volumen de 5.800 millones de euros y solo por detrás de EEUU, Francia y China.