Sencillo, personal y justo. El mensaje que desde hace años marca la filosofía del Banco Santander no solo está dirigido a sus clientes. Ana Botín quiere que los empleados de la entidad que preside también lleven este lema tatuado en su ‘piel corporativa’. El “tan importante es lo que hacemos como cómo lo hacemos” va para todos. Tanto para los últimos fichajes, marcados con un claro perfil tecnológico, como para los ‘curritos’ que llevan años desarrollando su carrera profesional en la entidad. 

En pleno proceso de integración del Banco Popular, el banco cántabro contaba a cierre de 2018 con una plantilla de 202.713 trabajadores (30.868 en España) repartidos en 13.217 oficinas, según consta en el informe anual de 2018. A todos ellos, el Grupo destinó 11.865 millones de dólares en gastos de personal el pasado año, cuando generó un beneficio de 7.810 millones de euros. De esa cifra, 8.824 millones se destinaron a salarios, 1.412 millones a la Seguridad Social y 287 millones a aportaciones a fondos de pensiones de aportación definida. El resto, lo engloban en “otros gastos de personal”.

De media, y según los datos de la entidad, la ratio entre el salario mínimo anual de un empleado del banco y el establecido legalmente supera el 228% en el caso de los trabajadores de la filial alemana del Grupo, el 330% en Argentina, el 193% en EEUU o el 212% en España. 

La plantilla del Santander es, además, cada vez más joven, con una edad media de 38,8 años y una antigüedad de 10,4 años en la empresa. En concreto, el banco cuenta a escala global con 17.790 empleados menores de 25 años (un 8,78% sobre el total de la plantilla). Los trabajadores de entre 26 y 35 años representan el ‘núcleo duro’ con 68.040 empleados (33,56%), mientras que los mayores de 50 representan un 15,5% de la plantilla. El 96% de los empleados cuentan, además, con contrato fijo.

APUESTA POR LA FORMACIÓN

La formación se ha convertido en un pilar clave en la política empresarial del Santander. De todos sus empleados, un 73% cuenta con título universitario. El año pasado, la entidad destinó 98,7 millones de euros a la formación de sus empleados, suponiendo una inversión por trabajador de casi 490 euros durante un total de 33,8 horas por empleado. 

Con el fin de fomentar y retener el talento, la entidad puso en marcha el pasado año una serie de iniciativas entre las que destaca el programa Young Leaders, por el que 280 jóvenes empleados elegidos por sus propios compañeros han empezado a tener un contacto directo con los altos directivos del banco con la idea de participar en las decisiones estratégicas de la entidad. 

PUBLICIDAD, INMUEBLES, DIETAS…

Dentro de los gastos de explotación que aparecen en la Memoria Consolidada, destacan algunas cifras curiosas como los 1.846 millones que la entidad destinó a inmuebles e instalaciones, en un año marcado por la reforma de la que iba a ser la nueva sede del Banco Popular. Además, la entidad destaca el aumento de costes en México y Chile por las inversiones en infraestructuras en este apartado del informe anual. También destacan los 646 millones que el Santander gastó en publicidad, en un esfuerzo por impulsar productos como la Cuenta 1,2,3 Profesionalsin olvidar los anuncios del fondo Santander Small Caps de Lola Solana, con el que la entidad daba la bienvenida al 2018 junto a otras marcas de primera fila en este tipo de iniciativas como Coca Cola. 

Santander gastó, además, 122 millones de euros en impresos y material de oficina, de 225 millones de euros en dietas y desplazamientos, a los que se suman otros 405 millones de euros en servicios de vigilancia. 

DEBATE REPUTACIONAL

En un momento en el que el debate sobre la reputación del sector vuelve a copar los discursos de los principales banqueros del país, Santander ha aprovechado el informe anual para dar algunas cifras sobre la contribución del banco a la sociedad. En 2018, 40.000 empleados del banco participaron en actividades sociales durante más de 130.000 horas con una inversión social de cerca de 60 millones de euros. 

La Universidad es uno de los puntos de actuación favoritos del banco, con un programa de becas que ya ascienden a 73.741, con una inversión de más de 1.700 millones de euros en 2018, además de 1.200 acuerdos con universidades y otras instituciones académicas en 33 países. Dentro de lo que el sector denomina 'contribución a la sociedad', Santander pagó 3.458 millones de euros en impuesto de sociedades y otros 3.598 millones en otros incluidas las cotizaciones sociales pagadas por el banco. 

El compromiso con un mundo más verde también es firme dentro de la entidad. Dentro de su plan de eficiencia, la compañía logró reducir entre 2016 y 2018 el consumo eléctrico de sus edificios en un 9%, el mismo porcentaje en el que ha rebajado las emisiones de gases de efecto invernadero. La entidad destaca también su trabajo en financiación de proyectos sostenibles, con más de 6.689 megavatios (MW) financiados que equivalen al consumo de 5,7 millones de hogares. Del mismo modo, se ha producido un descenso del 26% en el consumo de papel. 

El informe anual del Santander también deja claro que la lucha por la igualdad de género está muy presente en la esencia corporativa del banco. En España, un 54% de la plantilla son hombres y un 46% mujeres. Sin embargo, solo el 20,5% ocupan puestos directivos. Ya en febrero de este año el consejo acordó elevar el objetivo actual de presencia de mujeres, situado en el 30% hasta el 40% o el 60% en 2021.

Noticias relacionadas