La Administración Federal de Aviación de EEUU (FAA) ha publicado el informe sobre la revisión que ha realizado a las mejoras que Boeing ha realizado en el software, los manuales y los planes de formación del 737 MAX, el avión que sufrió dos accidentes mortales en un periodo de cinco meses.
Las conclusiones de dicho estudio consideran "operacionalmente adecuadas" las modificaciones propuestas por Boeing, un primer hito importante para que estos aviones vuelvan a tener permitido realizar vuelos comerciales, después de un mes lleno de varapalos.
Tras el accidente sufrido por un 737 MAX de Ethiopian Airlines, las autoridades aéreas de China, Europa y Estados Unidos mandaron aterrizar a todos los modelos de esta familia. En ese momento, Boeing anunció que iba a realizar una serie de modificaciones en el software de estos aviones.
Los primeros indicios sobre la causa del accidente Ethiopian señalan al sistema MCAS. Esta parte del software, que no estaba presente en los 737 anteriores, tiene como propósito que los pilotos no noten las diferencias aerodinámicas que la nueva versión de la aeronave tiene con respecto a las viejas.
Tanto en el accidente de Ethiopian, como en el de Lion Air, una mala lectura de los datos por parte de los sensores que mandan la información al MCAS habría provocado que ambos aviones se estrellaran. Las mejoras anunciadas por Boeing apuntan, entre otras cuestiones, a aumentar la información que los sensores del avión mandan al MCAS.
El borrador del informe del equipo designado por la FAA (que incluye pilotos, ingenieros y otros expertos), detalla que los pilotos necesitan formación adicional sobre el MCAS. Del mismo modo, señala que no es necesario que se realicen formación en el simulador.
Los pilotos no necesitan pasar por el simulador
Según el informe, los pilotos deben "repasar la descripción del sistema, su funcionalidad, las condiciones de potenciales fallos y las alertas de la tripulación de vuelo" pero no fija como necesario que hagan horas en el simulador.
Este punto es crucial de cara al proceso para que los 737 MAX vuelvan a volar. Si los estudios de la FAA hubieran señalado la necesidad del uso de simulador el proceso se habría complicado mucho. Pasar por el simulador supone una inversión de tiempo y dinero, algo que no sobra en las plantillas de las aerolíneas que operan este modelo en estos momentos. Del mismo modo, habría abierto potenciales reclamaciones para Boeing sobre quién debía hacer frente al coste de esta formación.
Tras la presentación del informe, la FAA ha abierto un periodo público de 14 días para que se hagan comentarios sobre su informe. A partir del próximo 30 de abril, la administración añadirá esos comentarios y encarará una nueva fase para valorar en qué condiciones pueden volver a volar los 737 MAX.
Coincidiendo con la publicación de este informe, Dennis A. Muilenburg, CEO de Boeing, ha realizado un repaso sobre los trabajos que está realizando la compañía para probar las modificaciones realizadas en el avión.
El mandatario ha vuelto a recalcar su compromiso con la seguridad aérea y la estrecha colaboración que está teniendo con las aerolíneas que cuentan con el 737 MAX entre sus actuales o futuras flotas. Un apoyo clave, en de los clientes del avión, que necesitan conseguir para limitar el impacto de la crisis del 737 MAX en el futuro de Boeing.