Es una imagen tradicional, que todos tenemos en la cabeza y que esta Semana Santa se repetirá mil veces. Entrar en una iglesia, acercarse a la hucha de donaciones, meter la mano en el bolsillo y echar unas monedas. Un gesto que, poco a poco, podría desaparecer ante la proliferación del uso del dinero de plástico para pagar.
Así que, como más vale prevenir que curar, la Iglesia ha decidido dar un paso adelante y ‘abrazar’ el pago con tarjeta de crédito. En este caso, aceptar los donativos con dinero de plástico.
Se trata de una iniciativa conjunta del Banco Sabadell con Mastercard a la que se han sumado ya centenares de parroquias que suman 140 terminales, y que podrían llegar a unos 4.000 en los próximos meses. Así lo explica el director de segmento de Instituciones Religiosas de la entidad catalana, Santiago Portas, para quien estamos ante “una necesidad no cubierta” hasta ahora.
Denominado como Proyecto Done, busca resolver un problema al que la Iglesia (y otras insituciones benéficas) se enfrentaban, como es el de combinar el donativo en efectivo y el electrónico. Máxime porque “los prescriptores de este tipo de instituciones suelen ser personas mayores”.
Así que desde Sabadell han creado un terminal que consta de un pequeño atril (accesible para minusválidos) que tiene dos huchas: la tradicional para echar monedas, y la electrónica para pagar a través de un dispositivo electrónico.
Una iniciativa que, según Portas, ha sido “bien recibida por los párrocos y los donantes”. No sólo por la facilidad de uso que tiene, también porque el pago con tarjeta “aporta transparencia” ya que todo el dinero pasa por una cuenta corriente.
Además, y como él mismo reconoce, “los donantes son más espléndidos cuando pagan con tarjeta”. Aunque desde la entidad no dan datos de clientes, parece que la tendencia es que existe una mejora en la recaudación a través de este tipo de dispositivos.
¿Cómo funciona?
El director del segmento de Instituciones Religiosas del Sabadell reconoce que buscaron la simplicidad a la hora de diseñar estos cepillos electrónicos.
Gracias a una conexión wifi o 4G se instalan en la iglesia, el donante se acerca a la pantalla, elige la cantidad que quiere donar (previamente prefijada) y pasa la tarjeta. “Son cantidades pequeñas que fijan los clientes. La idea es que no sea necesario introducir el PIN y ni siquiera se extiende un recibo”, explica
El Proyecto Done quiere ser “transversal”, ya que, aunque la Iglesia ha sido una de las primeras instituciones en acogerse a él, hay otras organizaciones que también pueden utilizarlo. Se trata de todas aquellas que requieran captar donativos en un momento determinado.
“Queremos que sea un nuevo canal de captación de recursos para cualquier entidad sociobenéfica”, remarca Portas. De hecho, ya ha habido alguna ONG que ha empleado estos cepillos electrónicos para buscar donaciones en conciertos, ya que puede estar en exteriores gracias a una pequeña batería que lleva incorporada.
El coste
Aunque no es una línea de negocio para el Sabadell, la implantación de este cepillo electrónico sí que tiene un coste para las entidades que deciden contratarlo. En concreto, tiene un coste de mantenimiento de siete euros mensuales y el Sabadell cobra por la transacción la comisión mínima que fija el banco para este tipo de operativas.
El proyecto acaba de empezar y, a tenor de los resultados, parece que está teniendo buena acogida. Desde el Sabadell explican que ya trabajan en una versión mejorada de este cepillo electrónico.
Ahora, quizá, la cuestión está en saber si llegaremos a ver a la Iglesia recaudando donativos online. La sugerencia está sobre la mesa.
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