El banco suizo Credit Suisse registró un beneficio neto atribuible de 655 millones de euros en el primer trimestre del año, mejorando así en un 7,9% su resultado del mismo periodo de 2018, según informó la entidad helvética, destacando el alivio experimentado en las preocupaciones geopolíticas y económicas, aunque advirtió de que aún es temprano para extraer conclusiones para el conjunto del ejercicio.
El consejero delegado de Credit Suisse, Tidjane Thiam, subrayó que, mientras que enero fue un mes muy difícil, se registró una recuperación limitada en febrero, seguida de un fuerte crecimiento en marzo, cuando el banco logró su segundo mejor dato de ingresos en los últimos 39 meses.
En este sentido, Credit Suisse apuntó que este impulso positivo del final del primer trimestre continuó en abril, añadiendo que, a pesar de que se mantienen las preocupaciones geopolíticas y macroeconómicas, estas han empezado a retroceder y la confianza de los clientes regresa gradualmente. No obstante, reconoció que "es demasiado pronto para extraer conclusiones definitivas sobre el desempeño de la entidad durante el resto de 2019".
La cifra de negocio neta de Credit Suisse entre enero y marzo alcanzó los 4.713 millones de euros, un 4,4% por debajo del dato del mismo periodo de 2018, mientras que las provisiones por pérdidas de crédito sumaron 81 millones de francos suizos (71 millones de euros), un 68,7% más.
A su vez, la ratio de capital básico CET1 del banco suizo se situó al cierre del primer trimestre en el 12,6%, tres décimas por debajo del nivel registrado un año antes.
"Estamos operando actualmente con un perfil de menos riesgo, una base de capital más sólida y una base de costes estructuralmente menor", declaró Tidjane Thiam.
Asimismo, la entidad indicó que en los tres primeros meses del año contabilizó un flujo continuo de activos por importe de 8.398 millones de euros, cifra que representa un crecimiento del 5%, elevando los activos bajo gestión a un récord de 687.336 millones de euros al cierre del trimestre.