Nicolás Correa retoma el pago de dividendos después de 11 años de cierre a cal y canto de su caja fuerte. La compañía burgalesa ha confirmado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que llevará la propuesta de retribuir a sus inversores a la próxima junta de accionistas, prevista para este viernes 26 de abril.
El documento elaborado por el consejo de administración de Nicolás Correa contempla el reparto de 1,84 millones de euros del beneficio del ejercicio 2018 a modo de dividendo ordinario. Este montante supone un 24,5% de los 7,51 millones que la compañía ganó en 2018, según sus cuentas remitidas al supervisor.
La propuesta pendiente de aprobación en la junta de este viernes contempla que el pago se produzca a partir del próximo 10 de junio de este año, a razón de 0,15 euros brutos por acción. Este importe se traduce en una rentabilidad por dividendo del 3,6% en función de la actual cotización de la empresa industrial.
El resto del beneficio conseguido el año pasado se destinará a reservas voluntarias (5,53 millones) y reservas de capitalización (139.006 euros). Eso siempre y cuando salgan adelante las propuestas del consejo de administración, que incluyen también el nombramiento de KPMG como auditor de las cuentas del grupo hasta el ejercicio 2020.
Con esta decisión, se cumple uno de los hitos que Nicolás Correa se había marcado y que los analistas de Lighthouse, la iniciativa de IEAF y BME para el seguimiento de compañías con escaso seguimiento de las casas de análsis, habían previsto en su informe sobre la compañía.
En este documento, se recordaba que en 2008 el pago de 0,05 euros brutos por acción supuso un ‘pay-out’ del 14,6% y una rentabilidad del 1,5%. Además, se apuntaba que, en función de la generación de caja conseguida por el grupo y estimada para los ejercicios sucesivos, el porcentaje de beneficios destinado a retribuir a los accionistas podría ser “moderadamente creciente” en los próximos tres años, hasta alcanzar la cota del 50%.