El precio medio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler se ha situado en los 10,7 euros mensuales en el primer trimestre del año, lo que supone un incremento del 2,4% en comparación con el mismo trimestre del año anterior, según datos publicados por el portal inmobiliario idealista.
Hasta marzo, todas las comunidades autónomas han registrado incrementos de sus viviendas en alquileres, excepto Navarra (-1,6%), La Rioja (-0,9%), País Vasco (-0,7%) y Canarias (-0,2%), que han visto reducirse el precio medio del metro cuadrado.
En los tres primeros meses del año, han destacado los incrementos registrados en Extremadura (+4,15), Baleares (+3,2%), Castilla-La Mancha (+2,2%) y Madrid (+2%). Por detrás, le siguen Castilla y León (+1,9%), Cataluña (+1,7%), Asturias (+1,5%) y Murcia (+1,2%).
Entre las comunidades más caras se encuentran Madrid y Cataluña, con un precio medio por metro cuadrado de 14,5 euros y de 13,8 euros, respectivamente. Por el contrario, las comunidades más baratas son Extremadura (5 euros por metro cuadrado), Castilla-La Mancha (5,2 euros) y La Rioja (5,9 euros).
Para el jefe de estudios de idealista, Fernando Encinar, los datos confirman que el mercado del alquiler "se regula sin necesidad de intervencionismo del Estado y cuando este actúa se producen efectos contrarios a los deseados".
Así, ha señalado que durante el primer trimestre los precios han mantenido subidas suaves en todos los mercados, aunque en ciudades como Madrid "parece que en vez de frenarse los precios han sufrido un leve acelerón".
Encinar también ha señalado que los últimos cambios introducidos en el mercado por el real decreto de medidas urgentes en materia de alquiler aprobado recientemente han propiciado que los alquileres firmados en los últimos seis meses "se rijan con tres legislaciones diferentes en función del día en el que se reubicaron".
Además, ha puesto de relieve que la prolongación de la duración de los contratos está elevando las exigencias de los propietarios en cuanto al nivel socioeconómcio de los posibles inquilinos, lo que "complica aún más el acceso a la vivienda a los perfiles más desfavorecidos".