Ross McEwan, CEO del Royal Bank of Scotland (RBS), ha anunciado este jueves su dimisión. El consejero delegado permanecerá en el cargo hasta que se nombre a un sucesor.
"Después de cinco años y medio sumamente gratificantes, y con el banco mucho más fuerte en su posición financiera es el momento de dimitir como CEO", ha señalado McEwan en un comunicado.
La dimisión llega justo antes de la celebración de la reunión anual del banco escocés prevista para este jueves. McEwan deja el cargo al considerar que ha cumplido con el plan que propuso en 2013 aunque ha afirmado que "no es fácil dejar algunos sitios como el RBS".
"Ha sido un privilegio dirigir este gran banco y trabajar con algunas personas excepcionales en el camino", ha añadido el CEO.
La entidad escocesa cerró 2018 con un beneficio de 1.839 millones de euros, más del doble que el año anterior gracias a la puesta en marcha de un programa de control de costes. Los ingresos alcanzaron los 15.197 millones de euros.
Tras el rescate del banco durante la crisis financiera, el 62% del accionariado del RBS sigue estando en manos del estado.