Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank, en la presentación de resultados del primer trimestre del año.

Gonzalo Gortázar, CEO de Caixabank, en la presentación de resultados del primer trimestre del año.

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Caixabank acelera su transformación ante la cerrazón de Draghi a subir los tipos de interés

Los beneficios del banco llegaron en el primer trimestre a los 533 millones de euros, un 24,3% menos. 

1 mayo, 2019 03:06

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Caixabank no prevé que el Banco Central Europeo vaya a dar su brazo a torcer y suba los tipos de interés. Previsto para este año, ese repunte tardará más en llegar ya que la economía europea comienza a dar signos de ralentización. Así que ante este escenario la entidad catalana se prepara para la economía de guerra y seguir compitiendo en un entorno de tipos negativos. 

“Así las cosas se hacen más difíciles”, explica el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar. Es por ello que el banco sigue cambiando el modelo para centrarse exclusivamente en su negocio: banca, seguros y finanzas. 

Muestra de ese cambio lo refleja la evolución de los ingresos core, aquellos que proceden del margen de intereses, comisiones netas e ingresos por seguros. En el primer trimestre esta partida alcanzaba los 2.027 millones de euros, un 0,9% más que el año anterior, pero suponen ya el 96% del dinero que Caixabank ingresaba durante esos tres meses. 

Venta de participadas

¿De dónde procede el resto? De negocios que no son considerados estratégicos o empresas participadas. En estos momentos tan sólo cuentan con algunas participaciones minoritarias, el 5% de Telefónica (que es un aliado estratégico) y un 1,1% de Repsol que está en proceso de venta. 

Esa reorientación del negocio comenzaba en el plan estratégico 2015 – 2018, en el que se buscaba reducir el consumo de capital de las participadas por debajo del 10%. Actualmente está en el 5% gracias, entre  otras cosas, a la venta de Repsol, pero también de The Bank of East Asia, Grupo Financiero Inbursa y la toma de control del portugués BPI. 

Con este cambio, explican fuentes de la compañía, se hace más fácil tomar decisiones sobre el negocio. Por ejemplo, explicaba el CEO en la presentación de resultados del primer trimestre, “la participación en Repsol era fantástica, pero estaba sometida a los vaivenes del precio del petróleo”. Por tanto, “ahora tenemos un balance mucho más sólido”. 

Eso sí, Gortázar no se conforma. Asume que durante estos años de tipos bajos Caixabank en particular, y los bancos en general, han ido cambiando pero cree que todavía tienen margen de mejora. Por eso en los próximos meses se va a acelerar la digitalización de la entidad y la reconversión de oficinas comerciales en Store, el nuevo concepto de atención al cliente. 

Aumentan los gastos de explotación

En estos momentos hay ya 377 establecimientos de este tipo, de los que 65 están en fase de ejecución. Además, confía en alcanzar antes de 2021 el objetivo de que 2,6 millones de clientes utilicen el servicio de asesoría online inTouch, y aumentar el número de clientes netamente digitales, que suponen ya el 58,5% del total. 

El objetivo es seguir incrementando la cifra de recursos gestionados. Es decir, generar más actividad en el negocio que compense lo que se obtendría gracias a los tipos de interés. De ahí que Gortázar se mostrara satisfecho con el avance del 3,1% de los depósitos en el primer trimestre, del 3,1% de los seguros de ahorro y del 3,7% en los activos bajo gestión. 

Dentro de esa transformación juega un papel esencial la negociación que Caixabank mantiene con los sindicatos. El objetivo es cerrar la salida de 2.157 trabajadores, para lo que hay de plazo hasta mediados de mayo. El CEO del banco se muestra confiado y tiende la mano a lograr un acuerdo “por el bien de la entidad”. 

Y es que los gastos de explotación subieron casi un 5%, es decir, 55 millones de euros hasta los 1.204 millones de euros. En ellos se incluyen las nuevas iniciativas comerciales, pero también los desarrollos tecnológicos, la nueva red y los incrementos salariales. 

Ese aumento de los gastos de explotación es lo que ha hecho que la ratio de eficiencia haya subido 175 puntos básicos en el último año hasta el 54,4%, lo que muestra un empeoramiento que, según Gortázar, “estaba previsto” en el plan estratégico.