Sacar dinero en un cajero automático es una odisea para muchas personas. Al hecho de que algo más de 1,2 millones de ciudadanos no tienen acceso a una oficina bancaria, se suma la reducción de casi 11.000 cajeros en la última década. Por si fuera poco, a esas cifras hay que sumarle las comisiones que cada entidad cobra por sacar dinero.
Estamos ante una anomalía ya que en muchos países de la Unión Europea sacar dinero es algo gratuito. Es lo que ocurre, por ejemplo, en Holanda y Reino Unido. Otra opción es que se pague sólo si se saca dinero en un banco que no es el nuestro. Aquí, hasta hace unos años, se pagaba dos veces. ¿El motivo? La manera en la que se hizo el desarrollo de las tarjetas de crédito.
Cuando se empiezan a desarrollar las redes para las tarjetas, se dividen en función de las asociaciones que tenían las entidades bancarias. De este modo, teníamos a 4B, Servired y EURO 6000. Por tanto, en función de si eras de una u otra pagabas más o menos comisión, a lo que había que sumarle la cantidad que el banco decidiera cobrar a sus clientes.
En 2016 entró en vigor una nueva regulación por la que sólo puede cobrar comisión el dueño del cajero. De este modo, es la entidad propietaria de la tarjeta la que decide si repercute o no el coste a su cliente. ¿Por qué? Porque el banco que aplica la comisión es el que cobra a la entidad de la que procede el cliente. Es por ello por lo que muchas entidades tienen acuerdos bilaterales para lograr que las comisiones sean más bajas para sus clientes.
Por tanto, los dueños de los cajeros deciden cuánto cobran a los bancos emisores de la tarjetas, y éstos son los que definen cuál es el coste final que el cliente debe pagar. Así que en función de la cuenta o de la tarjeta, cada cliente paga una cosa u otra. Por ejemplo, Deutsche Bank cobra menos comisiones a los clientes de la Cuenta Nómina, de la Profesional y de la Tarjeta Bonificada en los bancos con los que tiene acuerdos.
¿Dónde es más barato sacar dinero? Según un estudio de iAhorro los cajeros de ING y Bankinter son los más baratos, seguidos de Kutxabank y Abanca. En el caso del banco naranja, cobra 50 céntimos a todas las entidades.
En los de la entidad que lidera María Dolores Dancausa, hablamos de comisiones que van desde los 50 céntimos a un euro, en función del banco del que estemos hablando. Si acudimos con una tarjeta de BBVA, Bankia, Banco Santander, Openbank, Banco Sabadell, Banco Mediolanum e ING pagaremos un euro. Si lo hacemos con un plástico de Caixabank, Unicaja, Kutxabank, Abanca, Deutsche Bank, Liberbank e Ibercaja, la entidad naranja les aplica una comisión que va desde 0,5 euros a los 0,65 euros.
Ibercaja es la tercera entidad más barata con una comisión máxima de 1,80 euros a los clientes de Caixabank, BBVA, MEdiolanum, Santander, Popular, Openbank, Deutsche Bank e ING.
El ‘Top 5’ lo cierran Kutxabank y Abanca, que tienen el mismo acuerdo de colaboración y repercuten un mínimo de cincuenta céntimos para clientes de Caixabank, Unicaja, Liberbank e Ibercaja, y un máximo de 1,95 si eres de BBVA, Banco Mediolanum, Banco Santander, Banco Popular, Openbank, Deutsche Bank o ING.
“Las entidades más pequeñas o con menos cajeros son las que menos comisiones cobran porque son a las que más les ha interesado llegar a acuerdos con otros bancos. Por el contrario, las grandes entidades como Caixabank o Santander tienen una barrera de entrada hacia los que no son sus clientes y apuestan por una política de comisiones más altas. Ellos afirman que ponen la tecnología que los bancos pequeños no tienen y por eso les cobran cantidades más altas”, explica Antonio Gallardo, experto financiero de iAhorro.com.
En contra de lo que pueda parecer, es Liberbank el banco que tiene la red de cajeros más cara. Así, cada retirada en efectivo en uno de sus cajeros supone pagar 2,5 euros. Tras él se sitúan las máquinas de Caixabank, Santander, Popular, Openbank y Deutsche Bank.