El milmillonario negocio de las apuestas en España vuelve a estar amenazado por el fantasma de las apuestas ilegales y los amaños mafiosos. Este martes la Policía Nacional puso en marcha una operación contra varios jugadores de Primera y Segunda División por estar vinculados a un supuesto caso de amaño de partidos para beneficiarse de las apuestas deportivas. Liderados por excanteranos del Real Madrid, las alarmas saltaron a raíz del último Valladolid-Valencia que terminó 0-2 a favor de los valencianistas.
Un negocio ilegal del que las casas de apuestas dicen sentirse víctimas. “Es un palo para nuestra reputación”, dicen desde el Consejo Empresarial del Juego, patronal que agrupa a las empresas más importantes del sector como Cirsa, Codere, Orenes y Egasa. Del mismo modo, indican que son los primeros que vigilan estas prácticas para que las mafias no puedan operar.
“Somos el primer eslabón en detectar este tipo de problemas. Tenemos sistemas que detectan posibles fraudes y los comunicamos inmediatamente a la Policía. Incluso es posible que la red destapada el martes haya sido fruto de una investigación generada por nuestras propias empresas”, dice a este periódico el director general de Cejuego, Alejandro Landaluce.
¿Cómo? "Los equipos de las casas de apuestas tienen una serie de filtros y una plantilla que analiza, casi en tiempo real, cómo se desarrolla un partido y cómo se mueven sus apuestas. Cuando hay un evento que no tiene demasiado interés con equipos de poco nivel y se detectan grandes cantidades de dinero apostado, las casas inmediatamente bloquean esta apuesta y cursan la respectiva denuncia a la Policía o a la Guardia Civil.
En otras ocasiones, si hay más de una gran apuesta en este encuentro o un flujo de dinero es anormalmente alto se opta por cancelar completamente el evento deportivo y se devuelve el montante a los que apostaron de manera normal.
Paralelamente la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) coordina el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ), una lista de “prohibidos” que impide que todos los empleados de estas casas participen en apuestas así como deportistas involucrados en posibles partidos sujetos a apuestas. Con ello se tiene un registro de personas que son más fácilmente localizables cuando avanzan las investigaciones.
Desde su creación en 2011, la DGOJ -organismo público que fiscaliza el sector- ha realizado 580 actuaciones en relación a apuestas deportivas sospechosas o irregulares, ha analizado 62 alertas sobre amaños, ha puesto en marcha 62 actuaciones de oficio y ha tenido siete requerimientos de la Agencia Tributaria, todas ellas fundamentalmente de fútbol y tenis. En 2018 se abrieron 36 expedientes sancionadores y se establecieron 18 resoluciones sancionadoras por valor de 4,2 millones.
¿Cuánto dinero mueve el juego?
Esta operación pone en el punto de mira a las apuestas deportivas en un momento en que más críticas sociales reciben y en un momento en que más dinero ganan. Y del que por supuesto las mafias quieren sacar tajada. El juego movió 42.000 millones de euros en España en 2017, según el último anuario de Codere. Este dato se refiere al dinero que se gasta comprando boletos de loterías, cantidades cambiadas para jugar en casinos, cartones de bingo, dinero introducido en máquinas tragamonedas y apuestas deportivas. Lo que se llama el "dinero circulante".
Para que nos hagamos una idea del volumen del dinero que los españoles se gastan anualmente en el juego, podemos decir que con estos 42.000 millones se podría comprar en bolsa una gran compañía del Ibex como Telefónica, BBVA, Amadeus, Aena, Repsol, ArcelorMittal o Caixabank.
40.000 millones que equivalen a las previsiones de ingresos del IVA o del IRPF del fallido presupuesto de Sánchez, o una cifra que pagaría dos veces el gasto en subsidio de desempleo y que sería suficiente para abonar íntegramente las partidas en inversión en seguridad ciudadana, defensa, agricultura, infraestructuras e innovación y desarrollo.
No obstante, el sector del juego relativiza esa cifra y prefiere hablar de 9.408 millones de “juego real”, es decir la diferencia entre las cantidades jugadas menos los premios, estimados en 31.000 millones de euros. “Se puede decir que el juego es una operación de redistribución voluntaria y aleatoria”, dicen en el sector.
Con todo, seguimos hablando de cifras mareantes: en las loterías de diverso tipo y quinielas de los operadores públicos quedó un margen de 4.210 millones en 2017, una cifra que llegó a los 4.574 millones en los casinos, bingos, salones de juego, máquinas en hostelería y apuestas deportivas, gestionados por empresas privadas y que se situó en 579 millones en el sector online.
Impacto de las mafias en el sector
Cifras que demuestra que el negocio de las apuestas es extremadamente lucrativo en España y que no es rentable para su maltrecha reputación que se les identifique con este tipo de prácticas. Es por ello que, tanto empresas como patronales, se apresuraron en condenar la investigación desvelada este martes, pero declinaron cuantificar el impacto económico de las apuestas ilegales en su negocio y en el global.
El único dato oficial sobre juego ilegal lo aporta la ONCE, pero tiene que ver con las ventas de establecimientos no autorizados. En total, 44 millones de euros en 2017, que se han reducido desde los 81 millones en cuatro años. EL ESPAÑOL ha contactado con empresas, patronales y expertos en el sector y la respuesta oficial ha sido la misma: “Prácticamente el juego oficial no existe en España”, dicen desde Codere.
“El impacto es muy residual”, dice a este periódico Landaluce, mientras que en la Asociación Española de Juego Digital (Jdigital) indican que “no tienen estas cifras” ya que “es muy difícil de cuantificar”. Parece difícil pensar que en un sector tan organizado en el que se combate proactivamente el fraude al juego no se tengan estos datos.
También parece poco plausible que mafias internacionales y exjugadores profesionales se arriesguen a ser encarcelados por una pequeña tarta de este pastel. Según algunas fuentes que han preferido no ser identificadas, estamos hablando de decenas de millones de euros que mueven las apuestas ilegales al año, una cifra difícil de acotar debido a que muchas de estas apuestas nunca son descubiertas. El carácter internacional de estas mafias hace que la detección del fraude todavía sea menor. Lo que está claro es que es una lucha que las casas de apuestas están dispuestas a seguir realizando.
Noticias relacionadas
- Así fue la detención de Borja Fernández dentro de la operación contra el amaño de partidos
- Operación Oikos: así actuaba la red de amaños encabezada por Raúl Bravo y Carlos Aranda
- Los castigos de la RFEF: inhabilitaciones de dos a cinco años y descenso para los clubes
- El Huesca aclara que no se le imputa ningún hecho delictivo y se compromete a colaborar
- Borja Fernández pide que se crea en él y en su presunción de inocencia