El sector del aceite de oliva no pasa por sus mejores momentos. La aparición, cada vez mayor, de nuevos competidores y la caída de los precios está poniendo en serios aprietos las cuentas de las aceiteras tradicionales. Tanto es así que desde Deoleo, su consejero delegado, Ignacio Silva, ha cargado contra todas aquellas empresas que han entrado en la llamada ‘guerra del aceite’.
Todo un dardo (sin mencionar) a las marcas blancas que operan en algunos supermercados como Dia u otros supermercados que apuestan por captar clientes bajando precios. Sin embargo, Silva considera que ese diagnóstico “sólo nos lleva a la banalización” que estamos viendo en la categoría y “no incrementa el consumo per cápita de la misma”, ha sentenciado el CEO.
Unas palabras que ha pronunciado en la junta de accionistas de Deoleo, celebrada este lunes, en donde ha insistido en que jugar a bajar los precios “comoditiza el aceite y, finalmente, lo destruye”. Así que ante esta situación desde Deoleo reclaman que se tomen medidas para tratar de enderezar el rumbo del sector aceitero.
¿Qué medidas son esas? Básicamente con una normativa que ayude a tener “un marco regulatorio claro, con una ley de trazabilidad que garantice un marco legal a uno de los productos que más puede hacer por la marca España”.
Para Silva, se está “perdiendo” una oportunidad para que el aceite de oliva se consolide como un elemento clave de la dieta mediterránea y se pueda garantizar la sostenibilidad económica, medioambiental y social del sector.
Con estas advertencias Deoleo se ha presentado ante sus accionistas para solicitar una reducción del capital social hasta los 2,8 millones de euros y un valor de las acciones a dos céntimos. De este modo, la Sociedad volverá a situarse en equilibrio patrimonial tras registrar unas pérdidas de 291 millones de euros al cierre de 2018.
El objetivo de la compañía, según el último plan de negocio presentado al mercado, es lograr un resultado positivo de ebitda de 55 millones de euros en los próximos cinco años. Es decir, multiplicar la cifra actual (de 15 millones) por casi tres veces y medio en ese tiempo.