Este sábado se cumplen ocho años de la imagen de Rodrigo Rato en la Bolsa de Madrid brindando con una copa de champán para celebrar el toque de campana de Bankia. La efeméride de este año va a coincidir en el tiempo con el inicio de las conclusiones definitivas del juicio por esa operación que dejó atrapados a cientos de miles de ahorradores y marcó el inicio del fin de la carrera estelar de Rato.
El escrito que la fiscal Carmen Launa y las acusaciones presentarán a partir del próximo lunes, 22 de julio, no pinta bien ni para Bankia como entidad jurídica, ni para los miembros de su consejo de administración en 2011, ni para el auditor Deloitte. Todo apunta a que la Fiscalía Anticorrupción pedirá ampliar las penas y es seguro que las acusaciones acabarán ampliando también el número de acusados si no lo hace antes Launa. Esto permitirá al tribunal que preside Ángela Murillo poder elegir a quién condena y por qué delitos.
Sin embargo, en el entorno de la entidad se espera con aparente calma la sentencia, que se conocerá ya en otoño. Esa tranquilidad se basa en que se considera que tras la fase pericial ha quedado claro que no hubo dolo, con lo que la presunta estafa por la salida a Bolsa se quedaría en nada en un procedimiento penal.
Ya lo dijo Javier López Madrid durante el juicio. El exconsejero de Bankia y 'compi yogui' de la Reina Letizia (que fue condenado por las tarjetas black) recurrió a la ironía cuando tuvo que sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares por la salida a Bolsa y afirmó: "Soy idiota por invertir 20 millones sabiendo que las cuentas eran falsas".
Se trata de una declaración que en el entorno de la defensa se considera reveladora, en tanto que ninguno de los acusados se enriqueció con la operación de salida a Bolsa, en la que también invirtieron sus ahorros. Y en un proceso penal, el lucro es clave para la condena. No obstante, fuentes jurídicas explican que el hecho en sí de que los acusados perdieran dinero con las acciones que compraron no les exime del dolo, con lo que la clave estará en lo que haya quedado probado durante la fase pericial del juicio ya concluida.
El otro frente que podría abrirse en esta fase de conclusiones es el de la falsedad documental por las cuentas que Bankia presentó en marzo de 2011. Fuentes financieras vinculadas con el caso consideran que dentro de la legalidad existen distintas formas de aplicar la contabilidad y consideran que los peritos del Banco de España quedaron en evidencia en varias ocasiones durante la fase pericial por la salida a Bolsa.
Una opinión distinta se tiene entre otros de los presentes en la sala. Entre las acusaciones, se considera que los peritos aportados por el Banco de España, Víctor Sánchez Nogueras y Antonio Busquets, fueron muy solventes, "aguantaron el tipo pese a las encerronas" y se fueron reforzando conforme avanzaron las sesiones.
Nuevos acusados
Junto a los cuatro procesados por la presunta estafa, Rodrigo Rato, José Luis Olivas, José Manuel Fernández Norniella y Francisco Verdú, el resto del consejo ejecutivo de Bankia podría ser incluido en esa misma acusación en esta fase de conclusiones, incluido el citado López Madrid. Lo mismo ocurre con los miembros de la comisión de auditoría que presidía Ángel Acebes.
La acusación por estafa es la más grave a la que pueden enfrentarse estos ejecutivos por implicar condenas más altas de prisión. En el caso de Rodrigo Rato, la pena podría alcanzar los cinco años.
También otros tres directivos están en el punto de mira de la Fiscalía y las acusaciones. Se trata del ex interventor general de Contabilidad y Control de Gestión de Bankia, Sergio Durá; el ex director general adjunto de Auditoría, Miguel Á. Soria; y el ex número dos Ildefonso Sánchez Barcoj, este último está considerado como el cerebro de las 'black'.
Todo ello, después de que en las 58 sesiones del juicio, que arrancó el pasado 26 de noviembre, hayan declarado 34 acusados, de los que tres son personas jurídicas: Bankia, BFA y Deloitte.
El impulso de Herzog
Ocho años después, la salida a Bolsa de Bankia está a punto de ser clarificada en los tribunales gracias al procedimiento judicial que inició el abogado Andrés Herzog con UPyD. La sentencia llegará cuando la gran mayoría de los ahorradores particulares -en concreto, 225.100 inversores- que acudieron a esa salida a Bolsa han recuperado su inversión. El coste de las indemnizaciones por ese toque de campana que ha tenido que asumir Bankia ha sido de 1.847 millones de euros.
A estas alturas, todos los implicados en el proceso coinciden en que la salida a Bolsa de Bankia fue un error garrafal. La operación, aprobada con el visto bueno de la CNMV y el Banco de España, ausentes en el banquillo de los acusados, golpeó con fuerza la imagen de las instituciones españolas en un momento de desafección por la crisis económica.
Aquella operación fue también el paso previo al rescate financiero de 2012. La duda que tendrá que resolver el tribunal es si fue esa presunta estafa y, en su caso, esa supuesta falsedad de cuentas lo que precipitó el rescate que agravó la crisis o fue el empeoramiento inesperado de la economía lo que acabó llevándose por delante a Bankia, como sostienen la entidad y Rodrigo Rato.
Los peritos judiciales ya dijeron en el juicio que de ser así, "todo el sector financiero español hubiera tenido que reformular" sus cuentas.