Renfe volverá a sufrir una reducción en sus servicios ferroviarios. Apenas han transcurrido dos semanas y media desde la anterior huelga en la compañía ferroviaria (convocada por Comisiones Obreras) cuando la Confederación General de Trabajadores ha decidido convocar un nuevo paro. Este afectará a los trenes que circulen durante los días 31 de julio, 14 y 30 de agosto y 1 de septiembre.
Fechas estratégicas, puesto que son claves en las operaciones salida (31 de julio y 14 de agosto) y retorno (30 de agosto y 1 de septiembre). Así, el número de pasajeros que se verán afectados será mayor, al ser días más concurridos. Si en la anterior huelga, convocada para el pasado 15 de julio, se cancelaron 320 trenes, la cifra de ferrocarriles que no circulará durante las cuatro jornadas de este paro asciende a los 1.152.
Ante este tipo de situaciones, lo primero que cualquier cliente de Renfe con tren en esas fechas se pregunta es si su tren ha sido cancelado o no. Una vez hecha la consulta, si vemos que el nuestro es uno de los 1.152 afectados, el siguiente paso a seguir es comprobar la antelación con la que la compañía ferroviaria anunció la reducción de servicios, tras lo que se nos plantean dos escenarios diferentes.
Renfe está obligada por el Reglamento de viajeros a hacer pública la supresión de servicios ferroviarios al menos 48 horas antes de que estos sean efectivos. Como en este caso, el paro comienza a las 12:00 del miércoles 31 y ya se había anunciado a esa hora del pasado lunes 29, la compañía ha cumplido con la normativa.
Si, por el contrario, la huelga y su consiguiente cancelación no se anunciaran con la debida antelación, Renfe se vería obligada a abonar a los usuarios perjudicados el doble del importe de su billete.
Tras confirmar que Renfe cumple con el Reglamento de viajeros, se nos plantea el segundo escenario. Ante una cancelación de trenes anunciada con tiempo suficiente, Renfe tiene dos opciones: reubicar a los usuarios afectados o reembolsarles el dinero que pagaron por su viaje.
Una situación extraordinaria
Por defecto, la compañía ferroviaria cambia a los clientes perjudicados a trenes que sí circulan y que lo hacen en el horario más cercano posible al del servicio contratado. En el caso de que el viajero no pueda o no quiera ser reubicado (sin importar el motivo), puede solicitar la devolución del importe en los canales de venta de Renfe.
La huelga, como explicó a EL ESPAÑOL Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es una circunstancia entendida como no extraordinaria. Así, en el caso de producirse retrasos en los servicios ofrecidos durante la misma, Renfe deberá indemnizar a los pasajeros afectados de acuerdo con la normativa vigente.
Asimismo, si la cancelación de servicios de Renfe produjera un daño adicional a alguno de los clientes afectados, existe la opción de exigir una compensación por dicho perjuicio. Sin embargo, esto debe tramitarse por vía judicial, por lo que la reclamación debe estar fundamentada y justificada de una manera mucho más detallada que en los casos anteriores.